Hay muchos tipos de amor, de historias y aprendizajes que les acompañan. Si este libro fue algo, fue la investigación de todos mis oscuros y monstruos a través de mis relaciones de amor. Fue una cura en el charco de la creatividad y el inicio de conciencia al despliegue de heridas que en el cuerpo ahondaban desde la niñez.
Esta autoficción desenmascaró los traumas y lastres que llevaba en el cuerpo, como muchas debéis guardar en la voz, en el silencio, en la memoria, en el olvido o en la (r)evolución.
También te recuerda que el amor es para dar. Que la verdad eres tú mismo y todo lo que llevas contigo.
Este libro me asustó, ¿sabéis? Muchos de los poemas me recuerdan a unos años de mi vida donde huía, de algún modo, del amor a mi misma. Reflexioné sobre conductas del hombre que abrían la válvula de oxígeno a la relación con mi padre en la adolescencia, a mi primer amor, a algún abuso, también de poder. A todos los años en que me convertí en dura, hielo y sin lágrimas donde quise desde la toxicidad como excusa para proteger al corazón. Y entonces, el corazón habla solo. Porque si algo tengo la suerte de saber es que amar lleva implícita la no elección de la razón. Amas y ya está.
– Después, ya hablemos de compatibilidad, complicidad, pareja, sexo y necesidades de cada momento vital. –
Así que si este libro trata de algo es de la suerte de amar. De ser benevolentes con nuestros procesos de crecimiento y sanación. Es un viaje donde afirmo que la poesía y el arte traen luz para entender(nos), que yo misma seguiré manchándome de barro, vida y pintura (como lo hice en el cuadro portada del libro, hecho por mi querida amiga Elena Olmos, que me acompañó con el acto del cuadro a despojarme de la piel muerta y al atrevimiento de ser). Es tal vez, un reflejo de tu historia.
Si este poemario te lleva a algún lugar, que sea al corazón.
Así que, amiga, compañera, Mamá, a la mujer que después de mí (y durante) cuidó al que creí el amor de mi vida a los 17; a todo hombre y a quien esté aquí, ponte la mano en el corazón y mira – o escucha – uno de los poemas del capítulo III “me amo”.
“LA MEVA TERRA SÓC JO, SOY MI TIERRA”
Sóc lleona,
la Terra sóc jo, el cos ple d’espurnes de veritat.
La raíz de tus ojos y mis pupilas erizadas porque somos el miedo danzando la vida.
Me (re)conozco, i estimo els meus pits;
mis pechos siendo inseguros a destiempo
que pierden la transparencia por el deseo de gustarte en lo eterno.
Lo visible de amarnos porque somos,
con el aquí,
el ahora de cuidarnos porque el aprendizaje está en saber cuidarme.
Aquests peus tenen arrels que creen la meva vida de desitjos.
Raíces que brotan de los pies creando los deseos de mi vida.
Hay una luz que se mueve entre mis huesos. Soy leona en la mirada y corazón expansivo a toda velocidad. El miedo de mi niña pequeña a la pérdida de lo que ama se va por la vida que existe en mis caderas al bailar, y me hago tan mujer que aprendo a amarme bien, a desearme toda. Podrás amarme sin límite, sin control, sin ataduras, sin maneras impuestas por haber escuchado qué es amarme. Lo grande e infinito del amor soy yo.
Mi silueta ante el espejo:
Yo ante mí.
Ante la verdad.
Mis labios rojos,
mis curvas de piel que se eriza ante la auténtica certeza que desvela el amor de llama. Y estalla, y es inevitable.
Soy yo. Es amor. Es amarme. Es el aprendizaje que nunca acaba.
Soy mi Tierra.
Soy el sin fin de la veracidad.
Mis ojos,
ver nítido,
la Terra.
Si deseas conocer más acerca del libro ‘Conmigo (vas) voy a amar’ de Mer Calduch, pincha en el siguiente enlace: https://www.flowcode.com/page/cvvaabook