Rara vez soy recibida en mi trabajo con una noticia que de verdad me sorprenda porque todos los días son un poco más de lo mismo. Anoche antes de rendirme dormida pude escuchar la risa de mi mamá cuando le dije “el mundo sigue siendo más o menos el mismo desde que nací, nunca te cuentan nada bueno en la tele”. Por eso dejé de consumirla hace casi veinte años. Ojo, que no son muchos comparados con los años que vivió la fallecida a la que un país entero le rinde duelo durante no sé cuántos días. Pensar que ocurren femicidios, abusos y explotación de seres humanos, y la vida sigue como sí nada, nadie proclama sabáticos por esas atrocidades.
La semana pasada le escribí a mi hermano, saludando por el cumple de su hijita. No obtuve respuesta por el saludo, pero sí cuando murió Isabel, que de reina no se merece ni ser mencionada. Para mi hermano le resultó más satisfactorio mandarme un memorándum un viernes a la medianoche mientras yo hablaba con el chico que me gusta. En ese momento sólo podía pensar en qué tan aburrida tiene que ser una vida para defender la esclavitud, la trata de personas y el enriquecimiento a base de explotación humana, validando toda la riqueza producida con sufrimiento ajeno con un testamento que merecía ser respondido con el famoso meme de “mucho texto”. Ni idea cómo fue el cumple de su pequeña, ni si le envió mis saludos.
¿Por qué mi felicidad al llegar al trabajo y toparme con la noticia? Que mala, que venenosa una mujer que celebra el fin de una persona que ha mantenido y reproducido los mandatos que impulsan a seguir explotando a otres por su creencia de superioridad. “Dios salve a la Reina”, pero si tan todopoderoso es tu dios, ¿por qué se murió la reina? Lo siento si tu sensibilidad no disfruta los chistes de Homero.
Lamento que mi punto de vista te parezca tan cruel. Desde que tengo conciencia y decisión propia opté por cruzar la vereda cuantas veces sea necesario, de cuadra en cuadra, porque lo importante es respetarnos. Y si pensás que estoy siendo una irrespetuosa, pregúntate, si la falta de respeto es mía, que busco la emancipación, la abolición de cualquier sistema que implique poder a base de pisar cabezas, la libertad que toda persona merece, o un imperio que fue creado a costa de vidas humanas.