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La culpa es un arma que nos mantiene controladas

culpa
Fuente: Reporte Indigo

La culpa no existe. Bueno, existe, pero no como nos la han vendido. La culpa es un arma. Es una herramienta que a veces alimenta a la parte opresora para mantener el control. Si consigo que te sientas culpable, conseguiré que parezca que me debes algo, que tienes algo pendiente conmigo. Entonces no te irás y te mantendrás disponible.

“Culpable por cómo se sienten los demás, por no poder evitarle dolor a alguien”

No hablo de mujeres. Hablo de mujeres, de sistemas, de entidades, de jefas psicópatas, de religiones, de amistades tóxicas, de personas cobardes, de hijas y madres, de infieles y de depredadores sexuales, como comenta Bad Gyal.

La culpa viene, si te conoces un poco se ve venir, pero nos cuesta gestionarla como lo que debe ser. Culpables por sentir, por no sentir. Por hacer y por hacer de menos. Por decir o no decir. Por engordar y por adelgazar, no sea que te pases. Culpable por no llorar o por no poder parar de hacerlo. Culpable por sentirse triste, porque hay que estar contenta. Culpable por no trabajar, por trabajar en exceso (recordad el selfcare). Culpable por cómo se sienten los demás, por no poder evitarle dolor a alguien. También culpable por si alguien que debería estar en la mierda parece más feliz que tú. Por besar a una sintiendo algo por otra. Por tener pareja mientras lo haces. Por el diagnóstico de mi hijo o de mi hermana. Por estar lejos. Culpable por no haber pasado más tiempo con él, o con ellos. Culpable por estar bien cuando ya se han ido. Porque decir cómo te sientes pueda afectar a alguien. Por sentirte víctima, no sea que te pases de nuevo, o por decir que eres feminista. Culpable porque pillarte hablando o riendo era casi pecado. No te rías demasiado. Si yo hablo, te callas. Quieta, escucha. Ver, oír y callar. 

“Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”

No te sientas culpable por ser fuerte y querer que te cuiden. No te sientas culpable por no saber ayudar, probablemente creas que no sepas y sólo sea miedo. Ni por decir lo que sientes y piensas. La felicidad o dolor de los demás no es tu responsabilidad. Espera, relee eso.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Esa frase a golpes en el pecho me parece terrorífica. A los culpables se les castiga. Un culpable se castiga a sí mismo o busca que los demás lo hagan. Autodestrucción y countdown. Hablemos de culpa cuando el dolor que has causado ha sido adrede. Hablemos de culpa cuando matan, cuando violan. Podría seguir. Pero hablemos mejor de responsabilidad.

Siéntete responsable cuando no estás siendo sincera, cuando tendrías que haber dicho lo que sentías, pero te daba miedo. Cuando tienes que dar un paso que no das porque no estás preparada. Te vas a sentir culpable, pero aprende y sé inteligente para convertir eso en otra cosa realmente adaptativa. Siéntete responsable de elegir lo que estás eligiendo. Elijo posponerlo, elijo ocultar una verdad, elijo huir. Elige y sé coherente.

“La culpa es un aviso”

La culpa es un aviso. Cumple la función de avisar de que no ha habido coherencia entre lo que sientes, piensas, haces y tus valores. Cuando venga la sensación de agobio, para. Para. Reflexiona, sé un mayor y hazte responsable, acéptalo, perdónate, exprésalo e intenta corregirlo.

Natalia Hernando

Psicóloga a la que encanta promover el cambio, bailar, comer chocolate.

2 Comentarios
  1. A mi me gusta más responsabilidad ya que te hace generar un cambio y apropiarte de ello. La culpa muchas veces bloquea. Es un cambio tonto quizá pero se nota la diferencia.

    El artículo real como la vida misma.

    Gracias !!

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