Ahora no se puede hacer ninguna broma porque todo es machismo.
Claro, nos seguimos escudando en el “humor”. Es muy sencillo teñir las cosas de risas. Es como más “sutil”. Pero el mensaje es el mismo. No solo denigrante para la mujer sino ofensivo y hasta ridículo.
Ojo. No soy de esas personas que están constantemente a la defensiva. Realmente no. Pero hay cosas tan obviamente mal que no hace falta ni pensar en que son malas. Decanta solo. Suena mal, se dice mal, simplemente está mal. Y no se pueden permitir.
Es violento, agresivo, y degradante. Quieras darle el tinte que prefieras. Es machismo en toda regla.
Lo peor es que cuando quieres decirle a esa persona lo que sientes al escuchar eso, no puede verlo. Se justifica, se enfada, y te dice de todo menos bonita.
Es un lugar horrible que no quiero habitar más. Me llena de bronca, me pone triste, y me hace sentir menos. Sé que no lo soy, pero en ese instante lo sientes. Es humillación. Y no me lo merezco. Asique tu y cualquier persona, hombre o mujer, que quiera ponerse en esa tesitura puede irse bien a la mierda.
Basta de chistes absurdos y comentarios estúpidos.
Basta de comparaciones tontas que no tienen sentido. El hombre y la mujer no son iguales. Y jamás lo serán. Somos diferentes. Es la naturaleza. Pero ninguno es más ni menos que el otro, solo distinto. Nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestras maneras de sentir y expresar.
La igualdad tiene que pasar por el respeto, por estar al mismo nivel. Por aceptar esas diferencias y apreciar que cada género tiene sus fortalezas y no hay uno que predomina sobre otro.
Creo que aún nos falta camino que recorrer para llegar a ello.