Falta de tiempo para ti misma podría ser lo primero que piensas cuando la maternidad llega a tu vida, y si en parte es así, pero en realidad lo que has hecho ha sido llenar tus días, tus horas y tus minutos de pura vida.
Los has llenado con largas siestas en tus brazos, con miradas mientras amamantas a tu bebé, con cambios de ropa por regurgitaciones de leche o cambios de pañal por orinas y heces, con juegos de palabras y canciones para llamar su atención, con caricias y movimientos para hacerle sonreír y estimular su cuerpecito, con fotos y vídeos para no olvidar de ninguna manera esos momentos, con olores de su piel y olores a leche, con preparación de biberones y con sacaleches, con mil lavadoras de ropa, muselinas, baberos y doudous, con visitas de familiares y amigos que traen felicidad pura y regalitos para la nueva incorporación,con paseos por calles que antes no pisabas por las prisas de la vida.
Ahora mismo sientes que la falta de tiempo te supera, pero piensa que en algún momento quizás recuperes alguna parte de lo que fuiste sumado a una versión mejorada de ti. Estás invirtiendo en una nueva persona, en una nueva relación y has llenado tu tiempo con pura vida.
