¿Conoces el relato de la mitología griega sobre Ulises y el canto de las sirenas?
Cuenta La Odisea que la hechicera Circe advirtió a Ulises que en su viaje a Itaca, pasaría por la isla de las sirenas, en donde debería tener mucho cuidado, pues todo hombre que pasaba por ahí, quedaba hechizado ante su canto, y si sucumbía a él, quedaría atrapado para siempre, sin poder llegar a su destino.
Ulises, consciente del peligro al que se enfrentarían, pidió a sus hombres que se taparan los oídos con cera; mientras que él por su parte, decidió atarse al mástil de su barco. Estaba dispuesto a escuchar ese canto del que todos hablaban, pero sin sucumbir a él.
Al atravesar la isla, los cantos de las sirenas se hacían cada vez más tentadores, y Ulises sentía que no podría resistirse a ellos, quiso olvidarse del destino y perderse en esa isla; le imploró a sus hombres que lo desataran, pero ellos no lo escuchaban y continuaban remando. Finalmente, frustrado y a la vez agradecido, llegaron a casa.
Hoy en día, ¿cuál es ese canto de sirenas que no permite a las personas avanzar o llegar a su destino?
La realidad es que en este tiempo parece que todo tiene que ser rápido y mágico, nada que suponga hacer algo más que dar un click.
¿El ejemplo perfecto? Tik Tok y su círculo compulsivo. Entrar, ver un video corto de algo que llama tu atención, ante lo cual, tu cerebro segrega dopamina, la hormona que te genera bienestar, y que tan rápido como apareció, desaparece, por lo que vuelves a dar otro click porque tu cerebro sabe que así obtendrá más de eso que se sintió bien.
Y así es como se entra en la isla de las sirenas, en ese círculo del que muchas personas han hecho consciente que les resulta difícil salir.
No se trata de satanizar las redes sociales, porque es real que son un gran recurso y aliado para infinidad de causas. Se trata de revisar de forma consciente, a qué tipo de contenido le permites distraerte de tus objetivos y de tus metas.
Tal vez no es tik tok, tal vez descubras que el canto de las sirenas es irte en tu mente al pasado o fantasear y pasar gran tiempo en el futuro imaginario, sin realizar acciones. O tal vez tu atención está en lo que hacen los otros, en vez de construirte a ti mismo.
Nosotros no necesitamos amarrarnos a un mástil para transitar entre el canto de las sirenas, hoy lo que necesitamos es:
Tener claro nuestro propósito de vida
Fijarnos objetivos pequeños y diarios que nos recuerden y nos den la sensación de estar avanzando.
Tener algunas anclas (una frase visible, una imagen, un objeto) que nos ayuden a recordar aquello que es realmente importante.
Cultivar la voluntad cada día con pequeñas acciones.
Cantos de sirena habrá siempre, algunas veces podrás elegir quedarte un momento en esa distracción y después continuar tu camino, lo importante es que puedas elegir de forma consciente, y no entrar en un remolino del que posteriormente sientas que no puedes salir.
Conócete, acepta tus debilidades y elige lo que quieres hacer de ellas.