Corte y confección Ella contrajo el hábito de la melancolía una tarde cualquiera. Se acostumbró al silencio, la ausencia en la mirada, la lágrima y la espera… Hasta que esa agonía se descosió del día ¡y la alegró que nada fuese ya como era! Gabriela Vazquez Conferencista. Coach vocacional. Psicopedagoga. Poeta. Artículo anterior Tu diálogo interno Artículo siguiente Te extraño chico
