He tenido la suerte (o para otros la desgracia) de vivir este confinamiento en pareja. Puedo hablaros de mi experiencia y creo que en todos los sentidos está siendo positiva.
“A veces es complicado estar las 24horas del día con alguien, y si es tu pareja, llegan roces”
Me estoy dando mi espacio y mi pareja el suyo, estoy aprendiendo a independizarme del otro aunque esté físicamente con él, y estoy madurando la pareja como nunca antes lo había hecho.
A veces es complicado estar las 24horas del día con alguien, y si es tu pareja, llegan roces, discusiones o malos entendidos. Pues bien, a mí me está ayudando a entender de otra manera a la persona que elegí como compañero de vida, y a ahondar en lo que nos une y nos separa.
Evidentemente en muchos aspectos somos muy diferentes, pensamos muy distinto y tenemos discrepancias, pero en este confinamiento nos hemos respetado esas diferencias.
Cada uno que escuche su música, que lea sus libros, que pinte sus dibujos o que cocine lo que quiera, y después ya nos encontraremos para ver la serie que a los dos nos apasiona. Hay momentos elegidos en los que estar en presencia con tu pareja. No estar por estar, sino pasar tiempo de calidad.
Creo que la base para que la convivencia sea efectiva y sana es darse el espacio cada uno, retirarse cuando uno lo necesita (en la vida normal sería salir, ir al cine con amigos, o incluso con tu pareja, airearte y hacer planes diferentes), pero en casa, cada uno debe llevar su ritmo, acoplarse en cierta medida al del otro puede suponer el desastre de la pareja y de tu tranquilidad emocional.
“Pretender que queráis los dos ver la misma película o comer lo mismo cada día es imposible, por eso, sigue tu ritmo y la cosa fluirá sola”
Habla con tu pareja y dile que te retiras un rato para volver a encontrarte más presente con él/ella en otro rato. La comunicación es fundamental para estos tiempos. Habla, sin pretensión, de lo que sientes. Aunque no te comprenda te has expresado, eso es salud. Y si te comprende ya… enciende los fuegos artificiales!! Aunque no significa que si no te comprende en ciertos aspectos no esté preparado para acompañarte en otros.
Las personas somos un TODO, y a veces, hay algún matiz que el otro no puede comprender. Lo que me ha salvado de la frustración en este tema es NO EMPEÑARME EN QUE EL OTRO ME COMPRENDA, no resignarme, sino aceptar que hay cosas que no puede entender todo el mundo.
“Esta experiencia me ha servido para conocer a fondo a mi pareja y a mí misma, para odiar ciertas manías y amar otras tantas, pero respetarlas todas”
Esta es una experiencia única en la que puedes decidir tomártelo como una manera de aprendizaje o acabar tirándote los trastos a la cabeza. Yo elijo la primera, ¿y tú?