fbpx

Buenas noches Bella Durmiente

Hola Bella, ¿cómo estás?.

Ayer volviste a mí de madrugada. Tu pelo largo, ondulado y rubio. Voluminoso y con aspecto de enredado, escondiendo en su aspecto el cuidado minucioso que le brindabas. Como a tantas otras cosas en tu vida. 

Bella, nos conocimos vibrantes de energía. Nos comimos juntas parte del mundo. Pudimos haberlo hecho en mil otros lugares, ganas no nos faltaban. ¿Recuerdas esas visitas a cualquier hora del día a mi casa? Preparadas para lo que surgiese. No planeábamos. Exprimíamos el momento. Es lo que más me gustaba y extraño de tí. Nos faltaban horas del día para descubrir, infiltrarnos en todos los rincones de la ciudad, bailar como si no hubiera un mañana. ¿Cuándo decidiste dormir?.

Te echo de menos Bella. Te eché cuando nos despedimos de esa primera aventura juntas. Más aún cuando decidiste luchar por el mundo, este de inconscientes que nos han vendido. Tú quisiste ver más allá. Te fuiste a Mongolia, sola, con un equipo de ingenieros dispuestos a dejar todo por conseguir resultados reveladores en una investigación para salvar el planeta. Tú, con un par de abrigos y calzado importados de Alemania. A Mongolia. Sola. Pero con esa sonrisa y luz que haría de esas inmensas tierras que en su día estuvieron bajo el dominio de Gengis Kan, tu nuevo pueblo. Con ese don de gentes, quién no te abrió los brazos para acogerte, aunque fuera para tener un trocito de tí en sus vidas. Y qué decir de tus otras mil proezas con las que has dejado huella en este mundo. 

¿Recuerdas cuando me viniste a visitar a dos de mis ciudades aventura? Te quedaron otras tres… Yo recuerdo visitarte en Frankfurt. Rompiendo moldes diseñados por títeres, para cerrar kebabs bailando, haciéndolos nuestra propia sala de fiestas. Cómo nos gustaba comer, como y cuando nos diera la gana. Porque juntas, desordenábamos y nos convertíamos en Alicia en el país de las maravillas. Tan vivas. Nadie y nada nos apagaba. Contagiábamos amor a los intrépidos como nosotras, y rechazo a los adiestrados. Y cómo nos reíamos. Nos gustaba, todo quedaba en el lugar donde debía estar. El mundo parecía recolocarse a ritmo de atracción y gravedad. Sin forzar nada. Sabíamos observar sin reaccionar, así como iniciar sin expectativas de traccionar. Eso es lo que nos hacía diferentes. Bellas de verdad.

Dime que tus sueños ahora son mejores. Dime que no te arrepientes. Que estás tranquila. Dime Bella, cuándo decidiste que tus sueños fueran eternos. Nos hubiera encantado que nos los contaras. A todos. A todos los que te tuvimos, te queremos y jamás te olvidaremos. 

Qué egoísta preguntarnos el por qué, ¿verdad? Y que desconsiderado sería el preguntártelo a tí, Bella durmiente. Pero entiéndenos. A pesar de que nosotras peleamos incansablemente por diferir de los sesgos comunes del ser humano, sigue siendo nuestra materia prima. Y casi peco… Casi nos fallo queriéndote hacer esa pregunta. Pero no. No he cruzado la línea, y no lo haré ahora. Pero muchos que te aman, te la hacen cada madrugada. No les juzgues. Entiéndeles. El dolor que tu descanso ha provocado es inmensurable. No estamos hechos para perder amor tan grande de forma tan repentina. No pudimos acompañarte en tu último suspiro. Lo hiciste sola. Tan tú. Tan fuerte y vulnerable. ¿Cómo te sentiste? Espero que aliviada Bella. Ojalá nos hayas tenido presente al cerrar tus ojos para siempre. Ojalá te hayas sentido arropada. Ojalá pudiste combatir el frío con el calor de tus queridos. 

Siempre te respetamos. Supimos que lo que hacías era porque lo sentías. Habitaba en tí una fuerza imparable, imposible de domar. También respetamos tu letargo. Nadie mejor que tú para decidir sobre tí misma. Tu vida.

Pero joder, cómo duele Bella.

Te quiero. Te añoro. Te deseo lo mejor. Te invito a estar en mi vida. Mírame desde donde quiera que estés. Hazme bailar en mis días bajos. Protégeme de lo insustancial. Guíame. Acompáñame.    

Buenas noches mi Bella durmiente.

  • 21.02h de un recuerdo lacerante.
NEREA FORONDA OLIVARES

Literaria en tierra de Excel, corazón de lo insólito y peregrina incansable tras lo genuino. Escribo para desordenar lo obvio y dar voz a los suspiros.

Comentarios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Responsable de los datos: Square Green Capital
Finalidad: Gestión de comentarios
Legitimación: Tu consentimiento expreso
Destinatario: servidores de Siteground
Derechos: Tienes derecho al acceso, rectificación, supresión, limitación, portabilidad y olvido de sus datos.