Hace unas semanas en las portadas de muchas revistas de cotilleo españolas salió la noticia de que la cantante Aitana Ocaña había cortado su relación sentimental con Miguel Bernardeau, como era de esperar y teniendo en cuenta el cómo es la prensa española de este tipo, infinidad de personas considerados “periodistas y reporteros” llevaron a cabo una serie de comportamientos acosadores sobre la cantante para poder conocer más información acerca de esta ruptura sentimental; perseguirla en cualquier tipo de contextos para poder hablar con ella, intentar hablar con personas de su entorno, fotografiarla y grabarla en muchos momentos de su vida personal e incluso acudir a su domicilio a grabarla y fotografiarla en su propia casa, algo que Aitana pidió en una de sus últimas interacciones con los medios de comunicación que lo frenases ya que muchos hombres estaban acudiendo a su casa en la madrugada y sentía un enorme miedo y desprotección ante esta situación, junto a esto la artista indicó que “entendía este tipo de comportamientos y que sabía que era el trabajo de los reporteros”, ante esto me gustaría parar un momento aquí y preguntarnos:
¿Qué tipo de periodistas y reporteros y qué comportamientos de estos estamos permitiendo en nuestro país?
Perseguir a alguien, fotografiarle o grabarle, acudir a su domicilio personal entre otras conductas no es un comportamientos normal de un reportero o de cualquier otro tipo de persona, es ACOSO, un tipo de acoso que se está normalizando cada vez más por el hecho de que esa persona a la que se está acosando sea un figura conocida, ¿justifica el hecho de ser famoso el recibir este acoso?, respuesta: No.
Aitana es una cantante española y por el hecho de su profesión no está obligada a tener que soportar el acoso que está recibiendo estas últimas semanas, por supuesto que el hecho de ser conocida supone una serie de cambios en su vida como que le reconozcan más personas en la calle o que los medios de comunicación le entrevisten y sigan sus pasos como artista, pero su vida personal es suya y como cualquier otra persona está en su derecho de ser únicamente ella quien decida hasta que punto mantiene su vida personal en la intimidad o no.
No tiene que dar ninguna información acerca de su vida personal para frenar este acoso porque en primer lugar y para recordar el único culpable de una situación de acoso es el agresor, en este caso los reporteros que lo han llevado a cabo, si esto le pasa a cualquiera de nuestras amigas probablemente estaríamos todos o casi todos de acuerdo en que sería una situación de acoso y, por tanto, injustificable, ¿por qué cuando se trata de una figura pública ya surge más polémica?, ¿tan escasa es vuestra empatía y amor hacia el otro como para creer que la fama de una persona justique un comportamiento acosador sobre ella?, ¿qué pasaría si Aitana fuera vuestra hija, vuestra hermana o vuestra amiga?, ¿seguirías justificando el comportamiento de los reporteros?, estos “profesionales” no están haciendo su trabajo, están acosando a una persona y esto no debería permitirse ni mucho menos normalizarse.
El acoso es acoso independientemente de la persona que lo reciba, Aitana ha pedido directamente a los medios que frenen este acoso que está alimentado por las personas que leen las revistas y publicaciones de estos reporteros, así que pongamos un poquito de nuestra parte y no alimentamos un tipo de prensa que hace de todo menos prensa seria y respetable.
No justifiques ni normalices el acoso que sufre una persona, nunca es justificable y mañana puedes ser tú mismo quien estés siendo acosado y quien necesite que el resto no normalice la situación que puedas estar viviendo.
