Ahora ya no hay tiempo,
no hay dudas que resolver,
todas están
oscuras,
claro que no hay nada
que tengamos claro.
Y pese a ello decidimos,
nos comunicamos
y establecemos prioridades
según la pirámide de Maslow.
Estamos hechas de criptonita.
Somos invencibles
mientras creemos, creamos
en la palabra y su poder.