El maestro y su rito:
el milagro infinito de la página en blanco.
Un cuaderno en un flanco,
en el otro, el alumno, lee un libro en su silla.
Plena ambición sencilla de sembrar la semilla
y seguir su camino sin esperar que crezca.
(Tal vez, cuando amanezca,
un abrazo -sin fecha- vuelva cosecha el trino).