“Podría haber sido ” es un intento de algo que la vida no ha permitido que suceda.
“Los casi” generan una frustración incómoda que nos hace entrar en bucle sobre ese intento fallido, y no solo me refiero a aquella relación que nos dejó con las ganas y no pudo hacerse tangible, también a aquello que se queda al límite. Como si se tratase de un cupón de lotería que no compramos y luego resultó ser ganador o tal vez una relación que estaba empezando pero no se pudo dar, aquel trabajo que no nos dieron pero nos quedamos a las puertas o ese viaje que nos cancelaron.
Esos puñeteros “casi” se enquistan en nuestra memoria como un punzón que deja surcos en nuestra memoria y hacen que nos preguntemos:
¿Qué hubiera pasado si la vida me hubiese llevado por otros caminos?
Nos dejan con un sabor agridulce anclados en el momento en el que nos dijeron, “lo siento, pero no es posible” y si a eso se le suma que eres algo terca (como es mi caso) genera aún más incertidumbre.
Si lo hemos intentado y no ha sido posible quizás lo más satisfactorio es aceptarlo y dejarlo en manos de la vida, pero si por el contrario no hemos luchado, mi consejo es esforzarse un poquito más, porque no hay nada peor que quedarse con las ganas.
Valoremos las oportunidades que la vida nos ofrece, ya sean buenas o malas, porque si son buenas nos darán satisfacción y si son malas nos aportarán aprendizaje.
No debemos dar importancia a la imposibilidad, sino a la OCASIÓN. Hay trenes que solo pasan una vez en la vida, y quizás en ese vagón encontremos eso que algunos denominan SUERTE.
