Levanta la cabeza niña, que no se te ha caído nada.
Que tu corazón sigue entonando la melodía de pulso y latido .
Levanta ese rostro, que has sido creada para ser admirada.
Que de tanto mirar al suelo te has vuelto sombra de tu reflejo.
Que ya has mojado el asfalto y te has regado suficiente por dentro.
Rompe el silencio y las normas. Rompe la cadena a los fantasmas y a tus miedos.
Rompe si hace falta ese espejo en el que nunca te miras por temor a ver el reflejo de lo que no eres .
Ya has paseado bastante el corazón por el hormigón y entregado en bandeja a cerdos que no han sabido apreciar todo tu amor.
Levanta la cabeza y pon en pié lo que la vida un día tumbó.
Construye con todas tus piezas rotas los cimientos de tu nueva “yo” .
Acepta el dolor y pon punto final al sufrir.
Libérate de ti, de tu pasado, de ese futuro incierto que te persigue.
Levanta la vista, el alma y la coraza.
Que te despeine el viento y que se lleve con el los miedos.
Atesora tu momento, el ahora el hoy.
Seca esa lágrima y guarda espacio para las que vendrán.
Unas por risas otras por puñal, pero nunca más volver a mirar atrás.
Que no necesitas alas ni amor que no sea el propio para volar.
Te lo digo yo, con los pies en la tierra y los ojos viendo al cielo confundiéndose con el mar.
Traga el nudo de tu garganta y gritarle al mundo, que tu soledad y tú no acepta una mera compañía, que tú soledad y tú no están hechas para cualquiera.
Ya es hora de quitarse la venda, lavarse las ideas y salir a la calle mi guerrera.