Que sencilla puede llegar a ser la vida,
y que mal la aprovechamos.
¿Por qué la complicamos tanto?
¿Por qué no la disfrutamos?
¿Por qué de un momento a otro, todo cambia?
Dejémonos de tonterías,
de enfadarnos,
de guerras,
de hacernos los duros,
de buscarle vueltas a todo,
de buscar chismes en la vida de otro y no mirar en la tuya,
de mirarnos con otros ojos,
de perder el tiempo,
de no sentir,
de tener miedo…
Y empezamos a querer,
a disfrutar cada segundo,
a reír,
a viajar,
a decirnos con la mirada,
a vernos iguales,
a compartir,
a volver a ser niños,
a quitarnos los miedos, la coraza y la ropa.
Dejémonos de tonterías y disfrutemos.
Que lo pasado no vuelve y lo futuro está por llegar, así que construyelo.
Mejor felices.