Soy el Grinch del verano

Nunca he comprendido a la gente que dice, “ha llegado el buen tiempo”, con 40 grados a la sombra, chorreando de sudor y con un sol que le incomoda los ojos y les quema la piel. 

El verano es maravilloso en la playa, en un barco bronceándote o en un chalet con piscina. Recuerdo que cuando era pequeña me encantaba porque no pisaba Madrid, pero cuando te incorporas a la vida laboral  y te toca estar en una ciudad sin playa trabajando, el verano se convierte en un auténtico infierno. 

Es habitual empatizar con el Grinch cuando se acercan las Navidades y no te queda más remedio que cenar con tu suegra o con aquella tía que te sonríe en la mesa pero por detrás te critica. Pero… ¿quién empatiza con aquellos que se agobian con el calor? ¿Cómo saber si tu también eres el Grinch del verano? Es fácil saberlo si te identificas con estos puntos:

–ERES UN GRINCH DEL VERANO SI EL METRO DE MADRID TE PRODUCE ARCADAS CON EL SUDOR DE LA GENTE. Por más que lo intentas te sientas al final del vagón pero si te toca ir en hora punta no existe nada más asqueroso que oler el sobaco mal lavado del hombre que tienes al lado. Parece que Rexona a  algunos les abandona…

–ERES UN GRINCH DEL VERANO SI TE INCOMODA VER EL POCO GLAMOUR DE LAS BERMUDAS, LOS PIES PELUDOS O LAS CAMISETAS SOBAQUERAS. Las cosas como son, ni a Richard Gere le sientan bien las bermudas y las camisetas de tirantes. ¿Os lo imagináis en la película de Pretty Woman viendo la Traviatta en bermudas y con chanclas? Que bajón…pero claro,que van hacer los pobres muchachos con traje a 40 grados, la verdad que en estos casos agradezco ser mujer, que al menos podemos ponernos vestidos más fresquitos , pero aún así, ni eso nos quita el calor. 

– ERES UN GRINCH DEL VERANO SI LA TENSIÓN TE BAJA TANTO QUE NO ESTÁS DESPIERTO HASTA LAS DIEZ DE LA NOCHE.  El calor te deja sin fuerzas y te baja la tensión, algo completamente incómodo si te toca trabajar y tienes que rendir igual que si hiciera un poquito más de fresquito.

– ERES UN GRINCH DEL VERANO SI DETESTAS EL RUIDO DE LAS OBRAS.  Julio y agosto es el mes de oro para los albañiles y las constructoras, se escuchan numerosos ruidos que convierten a la capital en una ciudad que no te permite concentrarte.

Pocas cosas encuentro agradables en Madrid en estos meses de calor, por mucho que diga Isabel Díaz Ayuso que es una ciudad maravillosa porque no te encuentras a tu ex… No sé que es peor, si caminar a 40 grados a la sombra o cruzarte con tu ex… 

Madrid es una ciudad maravillosa en cualquier otra estación del año, pero por más que nos duela :“vaya vaya  aquí no hay playa”. Y por eso a todos los gatos no nos queda más remedio que ser infieles a la capital en cualquier lugar costero que nos acoja y nos haga huir de este infierno. Madrid es como el novio  que anhelamos durante el invierno porque nos apetece acurrucarnos y ver una película de Neflix acompañados pero que, sin embargo, en verano nos incomoda hacer la cucharita porque nos asfixia. Es ese  amante que nos produce una mezcla de ardor y fatiga en lugares insospechados,  tan profundo y apasionado que llega  acalorado cuando menos  lo esperamos. 

Que se le va hacer querido Madrid, habrá que quererte, porque la perfección solo existe en las películas de Disney.