Al llegar el barco a puerto, unas enormes grúas levantaban, movían y cargaban en camiones los diferentes contenedores, los había azul, rojo, negros y otros amarillos.
El contenedor que a nosotros nos importa, lo están subiendo al camión, tenemos que seguirle y no podemos perderlo. Bien hecho, llegamos a tiempo para ver cómo lo descargan. Una, dos, tres… contar hasta diez y el camión ya está vacío.
Las pequeñas Cuca y Racha han llegado en una de las cajas a su nuevo hogar. Cuando todo está en silencio, empiezan a moverse y saltan fuera de la caja, no saben dónde están, pero lo que ven les gusta mucho.
Cuca es valiente y por eso salta la primera, Racha aún no está preparado, es más pequeño y le cuesta saltar más alto. Uno, dos, tres…cuenta tu también. Al llegar a diez, lo consiguió ya está fuera. Cuca lo espera para ir a comer, han encontrado un hogar lleno de comida, grasa y toda clase de suciedad, están muy contentas.
Después de darse un atracón, hay que buscar un sitio calentito para dormir. Recorren la cocina y encuentran un rincón lleno de basura y papeles sucios justo al lado del motor que no para de sonar. A Cuca y a Racha les parece el lugar más confortable del mundo y enseguida se duermen.
Plof, chap, pum, pum, plof…
-Qué ruidos tan extraños- dijo Cuca
-vayamos a mirar- contestó Racha
Un monstruo pasó corriendo delante suyo. Intentaron seguirlo, pero se deslizó por un agujero en la pared. Otro ruido sonaba algo más lejano, el ruido de unas llaves, pisadas, voces… Cuca y Racha corrieron a esconderse. No tenían miedo, pero prefirieron estar calladas y quietas. Sabían que a los humanos las cucarachas no les gustaban, lo sabían por sus padres, por sus abuelos que les contaban historias horribles de otras cucarachas aplastadas. Tenían que tener mucho cuidado para no ser vistas. El monstruo también se escondía cuando llegaban humanos.
Una noche al salir del escondite para ir a comer, el monstruo las esperaba.
-Hola pequeñas, no tengáis miedo, no voy a comeros.
Un poco asustadas decidieron salir y hablar con el monstruo,
-Hola soy Cuca.
-Hola soy Racha.
-Encantada de conoceros soy rata
-Hola Rata-dijeron al unísono.
Al llegar los humanos se fueron corriendo a esconderse. Un grito resonó en la cocina.
-Una rata, una rata, una rata
Pobre Rata la habían descubierto. Uno, dos, tres…contar hasta diez escobazos. Rata se movía muy deprisa y pudo llegar al agujero de la pared sin recibir un solo escobazo.
Unos días más tarde un olor diferente les despertó
– A qué huele- dijo Racha
-No lo se- contestó Cuca
-Huele a gato-dijo la rata mientras salía del agujero.
Uno, dos, tres …contar hasta diez para hacerlo aparecer.
-Aquí estoy- maulló el gato saltando sobre Rata.
Cuca y Racha corrían para esconderse. Gato saltó delante cortándoles el paso.
-No corrais, solo quiero jugar- dijo Gato
No podían fiarse, se colaron por debajo del frigorífico y se pusieron a salvo. Hasta que el gato aburrido se fue a dormir. Cuca, Racha y Rata contaron hasta diez, una, dos, tres…diez.
– Se ha dormido- dijo Rata
-Salgamos a comer- dijeron los tres.
Mientras comían, el gato se despertó. Lentamente se acercó sin hacer ruido.
-Ya os tengo- gritó mientras sujetaba a Rata por la cola.
Rata estaba muy asustada, no había estado atenta, y el gato la había atrapado.
Contar hasta diez para que la suelte, uno, dos, tres …diez.
Gato la soltó, mientras decía:
-No os vayáis, seamos amigos.
-Pero que cosas dices, tú me quieres comer- gritaba Rata, mientras se escondía.
-No tengo hambre- dijo gato
-Entonces porque nos persigues- dijo Rata, Cuca y Racha
-Solo quiero jugar, me aburro mucho- dijo el gato
-Vale, vamos a salir, pero no te muevas- dijeron Cuca, Racha y Rata
El gato se quedó muy quieto, mientras salían de sus escondites.
-Hola soy Michi- dijo gato
-Hola soy Cuca este es Racha y esa es Rata
-Hola- dijeron todos
Al momento corrían por la cocina, saltaban y jugaban los cuatro.
-Contar hasta diez, que me voy a esconder- dijo Michi
-Uno, dos, tres …diez- contaba Cuca
-Te pille, estas detrás del mueble roto, te veo las orejas- dijo Racha
-Me encontraste- dijo Michi
-Qué hambre me ha entrado- dijo Rata
-Nosotras también tenemos hambre- dijeron Cuca y Racha.
Michi tenía un plato verde con su nombre escrito en blanco.
-No os preocupéis por la comida, mi plato siempre está lleno.
-Muchas gracias.
Y se fueron a comer. Mientras Cuca, Racha y Rata comían sin parar, Michi les dijo:
-Los humanos no os soportan, si os ven, os harán desaparecer, tener mucho cuidado.
-¿Por qué nos temen los humanos?- pregunta Cuca
-Sois sucias y lleváis la peste en la sangre- contestó gato
-En serio- dijeron Cuca, racha y rata asustadas.
-No tengáis miedo, solo tener cuidado para que los humanos no os vean- dijo gato
-Gracias Michi, tendremos mucho cuidado.
Como había mucha comida y suciedad Cuca y Racha avisaron a sus amigos, a su familia, todos estaban invitados. Cuando Michi vio la cocina llena de cucarachas y ratas dijo:
-Esto no puede ser, ahora sois una plaga y eso a los humanos les da mucho miedo, tenéis que salir de aquí.
Cuando se dieron cuenta ya era tarde había llegado el fumigador.
-Una, dos, tres..hasta diez- contaba el fumigador mientras salía de la cocina.
-Uno, dos, tres..hasta diez- contaban las ratas y cucarachas mientras corrían por la cocina sin respirar.
Todas se salvaron del fumigador y todas se fueron a buscar otra casa sucia y llena de basura. Si cucarachas y ratas no quieres ver, todo tu entorno limpio tendrás que tener. Recordar que cada especie animal tiene su función en la naturaleza, todas tienen su importancia y a todas debemos respetar.
Que bonito.
Gracias
Todos tenemos derecho de estar en este mundo, pero…., prefiero no ver estos animalitos, ahora el mensaje del cuento me ha gustado mucho, gracias
Que bueno Suuuu !!