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Un problema es lo grande que tú “sientas” que sea

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Un problema es lo grande que tú quieres que sea. Seguro que lo has leído, te lo han comentado o tú mismx te lo has dicho. Y es verdad, pero a veces, ese verbo “querer” puede sustituirse por el verbo “sentir”. Porque a estas alturas de la historia, ha quedado más que claro que la inteligencia emocional es una asignatura pendiente para todos (para algunxs más que para otrxs). También se añade que cada unx puede sufrir trastornos que agraven su preocupación, su rumiación y su bloqueo. Otrxs tienen traumas con ciertos temas. Y otrxs simplemente se vuelven más sensibles ante ciertas cuestiones.

Cada unx tiene sus motivos, pero en resumidas cuentas, cada unx experimentamos sentimos y vivimos cada hecho de una manera totalmente diferente. Lo que para unx es una simple piedrecita en el camino, para otrx puede ser un obstáculo que le lleva una depresión insufrible, un sinfín de pastillas ingeridas y años de terapia fallida con un pensamiento de inservibilidad y desconexión con el mundo. 

Y no, no es cuestión de personas débiles. Esa misma persona puede ser mucho más resolutiva en otra situación de su vida que la que la que ha salido airosa del problema hipotético planteado anteriormente. 

Cada unx de nosotros somos de nuestra madre y de nuestro padre; y aun así, no sufrimos ni de la misma forma ni de la misma cosa que nuestro hermano o hermana. Nuestro mundo interior es único y en él se construyen ilusiones y miedos; metas y obstáculos; filias y fobias. Todos son solo nuestros, de nadie más. Por mucho que te digan ante un momento duro que te entienden, nadie lo va a hacer. Porque nadie es tú. Cuando te digan que no les entiendes, diles que también sufres pero, que no: no sabes por lo que están pasando. Cuando ames a alguien, no pienses si la otra persona te ama igual, porque te decepcionarás. Nunca lo hará igual. Y tú nunca lo harás como ella. 

Cuando sufras por algo y pienses que otras personas no lo harían, no te sientas mal, débil ni rarx. Porque tus sentimientos son reales y tú sabes qué te hace vibrar, que te alimenta el alma y te hace sentir vivx. 

Y de la misma forma, solo tú tienes esa percepción de la felicidad, de los momentos buenos, de la ilusión y de tus proyecciones ficticias en escenarios idílicos. 

Cuando veas que todo te sobrepasa, pide ayuda. Quizá no es que x cosas te afectan, si no que hay un problema detrás que resolver. Pero si en tu caso, hay algunos hechos que te alteran, te duelen, te hieren o te dejan tristeza, no tomes como referencia la opinión general de los demás, porque solo tú tienes la respuesta.

Laura Vaquero

Cree firmemente en las palabras como mecanismo de defensa y manifestación.

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