Hace años se abrió una puerta en mi interior, que dio un giro radical a mi vida.
Estos días estoy reflexionando mucho sobre salir al mundo desde lo que realmente somos, desde un lugar en el que las mujeres nos atrevamos a abrir la puerta de la libertad.
En aquel viaje que cambió mi vida, mi percepción y mi manera de estar en la tierra, está tomando una gran forma ahora. Un despertar de la kundalini y del femenino irrumpieron en mitad de mi viaje vital, sin pedir permiso. Ya desde niña me he sentido muy conectada a este universo sutil que nos rodea, a este misterio que supone estar viva, colgada en un globo terráqueo, que gira sobre sí mismo, que gira alrededor del Sol, y que a su vez, está colgando en mitad del espacio… ¿qué asombroso es todo esto, cierto?, me pregunto en qué momento nos quedamos atrapadas en esta prisión mental, que nuestro diminuto ego , crea alrededor de nosotras.
Desde niña me han perseguido las etiquetas de extraña, rara, loca y bruja.
Por marcar la diferencia, por no encajar en el molde social de “ser una niña, una adolescente, o una mujer como Dios manda”, he atravesado diferentes abusos, humillaciones , golpes y represalias, por colocarme en un lugar fuera de lo convencional, por ser una niña curiosa, aventurera y con ganas de descubrir el mundo, por ser una adolescente que profundizaba en cuestiones inherentes a los enigmas de diferentes culturas y a las filosofías de otras épocas, por ser una mujer que explora, experimenta y transita de un lado del borde de lo permitido, que camina por la cuerda floja de lo “ilógico” y que se deja llevar por el fuerte llamado de su alma, que está guiando mi proceso vital, por lugares incomprensible a la mente racional que rige este sistema de la opresión y esta cultura fálica de la violación, de la violación en mayúsculas de los derechos humanos, donde la sociedad del individualismo está haciendo estragos en la compasión humana.
Y me llaman loca, y me tachan de bruja, como si fuera un insulto…y donde tú ves un hueco donde querer arañarme, yo tomo tu rabia como una energía que transmuta mis memorias, donde las mujeres ancestrales me han dejado un legado de poder que me impulsa a caminar con sabiduría y coraje, para manifestar esta parte de mí, que se atreve, que se atreve a salir al mundo, sin pedir permiso y sin bajar la cabeza , ante la mirada ciega de una ignorancia que se agarra con fuerza a sus ideologías de control, por el temor que siente ante una muerte inevitable de su persona, por el vértigo de sentirse insignificante ante la grandeza existencial… Y salgo al mundo con el anhelo de invitarte a desatar tus amarradas creencias que oprimen la magnificencia de tu ser, para que juntos recorramos la senda de la transformación, donde creemos este reciente paradigma donde mujeres y hombres, podamos sentir esta nueva tierra, desde la magia que habita en pulso de cada corazón, que quiere proyectarse al mundo e irradiar.
Y donde tú pones apelativos despectivos, yo tomo todo este poder de bruja visionaria, donde tejo redes de mujeres que se sostienen, se acompañan y se apoyan, como si la vida, se tratase de un gran festival estelar.
Y sí, te invito compañero a soltar, a soltar y a soltar, las rabias, los miedos y el rencor, para seguir hilando y recomponiendo esta gran membrana celular, que interconecta estos corazones humanos al ritmo universal, y que juntos compongamos esta inédita danza cósmica, que está latente y vibrante, en esta estructura solar, porque me he encarnado para recordarme y recordarte que somos las brujas que quemasteis en la hoguera, y que hemos vuelto para alquimizar.