Lo que nadie te dice de estar soltera a los 35

Desde los 17 años hasta los 28 años desconocía lo que era no tener pareja, empaté dos relaciones largas. Ya desde ahí, puedo decir que es un estado civil permanente en mí. 

Al principio fue una novedad y algo raro, bastante raro diría yo. Las emociones eran montañas rusas. Los domingos eran infernales. Fue complicado adaptarme, pero me lo tomé con positividad y ahora viéndolo desde la lejanía, reconozco que fue un buen momento. 

Fue un buen momento porque, llevaba mucho tiempo haciendo muchas cosas a la vez (estudiando, dos trabajos…) y esos primeros años, me dediqué sólo a trabajar. Eso me permitió que mi tiempo libre lo ocupara al máximo en mi familia y mis amigas. Disfrutar de ellas plenamente fue lo mejor, mira que hicimos cosas, nos sabíamos todas las fiestas de la isla. Ellas fueron mi despertar, mi salvación y mi liberación. 

Pero no todo fueron risas y fiesta. Tuve muchos momentos duros, pero claro, eran parte del proceso. 

Durante estos años he conocido chicos, pero no he tenido nada serio. No estaba preparada, bueno más bien, no me permitía estarlo.

Hace un tiempo el estar soltera generó mucha presión en mi. Hasta ese momento, era una situación que carecía de importancia, pero tras el comentario reiterado número: 5896542,  hizo que mi inconsciente, lo subiera al consciente y comenzara  “mi pelotera” por la malvada soltería. Esa maldita pregunta de “¿Tienes pareja? Y yo: No… Pues date prisa que se te va a pasar el arroz” (¿¿Perdona?? Yo soy como el arroz “Cigala” nunca se pasa) 

Eso provocó,  la apertura a un sinfín de búsqueda de razones que justificasen mi soltería (“yo sé que soy exigente, la culpa las redes sociales, no hay hombre maduros,  sólo quieren sexo, tengo que hacerme un Tinder, he subido unos kilos ¿será por eso?, mi brújula de búsqueda está rota…”) Revisé hasta mi lista de cosas que debe tener y aportarme “mi compañero de vida”, imagínate lo que removió en mí. Pero a medida que avanzaba y no encontraba opciones factibles donde agarrarme, me planté y dije: “Pues al final van a tener razón, me voy a quedar soltera” 

Todo esto me llevó a una época de tristeza, sumada a que no me apetecía quedar con chicos, trabajaba el doble, en definitiva, un caos. Llegué a sentirme rara, porque en mi círculo, era la única que no tenía pareja. Pero me di cuenta de que,  había entrado en el juego que dictamina la sociedad, donde por mi edad 35 años, ya debería estar compartiendo mi vida con alguien y un proyecto de maternidad en curso. Toma peso para mi mochila, que obviamente yo solita me decidí meter. 

Entonces me pregunté: ¿Qué pasa por estar soltera? ¿Por qué le das tanta importancia?

Borraría ese estado, esa etiqueta no nos sirve para nada. Las únicas etiquetas de nuestra vida, deberían ser la de Zara, Stradivarius,… Ahora mi estado civil es CONMIGO. He descubierto lo bonito que es amarse a uno mismo primero,  que me influya lo que me pertenezca. Que los tiempos, etapas y  proyectos de vida, los marco yo, que mi felicidad la dictaminó yo. Tal vez ahora si este preparada para cambiar de estado y permitirme que alguien mi conozca y viceversa. 

Este texto lo escribí hace 4 años, ahora tengo 39 años y desde hace 3 años, comparto mi vida.  A partir de aquí te daré mi visión sobre cómo veo la pareja y el amor, ahora. 

Mi YO de 35 años tenía sobrevalorada el estar en pareja. Llevaba tantos años sin ella, que la coloqué como pilar fundamental en mi vida, la llené de adornos, planes, esperanzas, ilusiones, proyecciones… los cuales, poco a poco, durante estos años los he ido desmontando. 

Realmente antes era feliz, lo que no lo sabía, pensaba que esa parcela del amor era lo que me faltaba para sentirme plena. Y no es así. 

Mi pareja es una de las cosas maravillosas que tengo en mi vida, llegó para derrumbarme todo el “tenderete” que había montado, con respecto al amor en pareja y como gestionar una relación. Recuerdo, que tenía muy claro que quería que tuviera mi compañero, él tiene alguna de las cosas, pero tiene tantas otras que desconocía que me llenaban y me gustaban,  las cuales, obviamente, no se encontraban en mi “check list del amor”. 

Mi concepto del amor en pareja y como gestionar una relación, ha cambiado al 100%. Continúo leyendo sobre el tema para seguir aprendiendo. Sigo con mis sesiones de terapia para trabajar patrones, creencias y especialmente con el Ego, porque hace su aparición estelar más veces de lo que uno espera, sobre todo, cuando se tratan temas de convivencia. 

Es cierto que, el haber estado tantos años viviendo sola y sin pareja, muchas ocasiones, busco esos días de eterna soledad, ese silencio, ese “estar hacia dentro” que por mi personalidad escorpiana, lo necesita para resetear, reconectar y cargarme. Ahora los sigo teniendo pero de otra forma, ya que para ambos es importante, seguir respetando tanto nuestros espacios propios, como los de pareja. 

Confieso que no cambió nada de lo que tengo ahora, pero agradezco haber pasado este tiempo para mí, sin compartirla con nadie, aunque haya sido “camuflada” porque detrás de esa “soledad elegida”, estaba el miedo a compartir mi vida con alguien. Ya eso se los cuento en otro artículo 😉 

Si estás leyendo esto, estas soltera/o y te resuena.  Permíteme decirte que,  o borra esa lista o tenla como una opción  modificable: “no es la biblia, lo que está escrito no va a misa”. Seguramente cuando compartas tu vida con alguien, esa persona contará con más cualidades de las que propusiste. Vive tu soltería desde una elección de estar con uno misma/o, de una forma real, no camuflada. 

Si estas en pareja y te resuena. Permíteme decirte que, sigas buscando esos momentos para estar contigo, con él/ella y con el mundo. Esa relación con uno mismo es la única relación que tenemos de forma eterna y como cualquier relación que se trate, tenemos que nutrirla y cuidarla. 

“La felicidad consiste en no querer estar en otro lugar”