“Seguro que se la ha chupado a alguien para salir en televisión”

“La grafóloga de Sálvame está buena, seguro que se la ha chupado a alguien de Mediaset y por eso sale tanto”. Estas eran las palabras que recogía un tweet tras mi última intervención en el programa de televisión Sálvame de Telecinco.  Una frase que refleja la violencia machista que se genera en las redes sociales. 

No debo justificar las razones por las que la vida me ha llevado a intervenir en varios medios de prensa para difundir una de mis pasiones como lo es la grafología, pero es frustrante que en pleno siglo XXI se tenga que sexualizar a la mujer constantemente cuando le va bien en su trabajo y es independiente. 

“Escritos con la finalidad de dañar a otros y liberarse del veneno que les empapa”

Todo lo que he conseguido hasta ahora ha sido gracias a los libros con los que he estudiado y he sentido la inquietud por aprender para acabar escuchando determinados comentarios escritos por cavernícolas, aburridos y frustrados que se dedican a insultar a diversas mujeres cuestionando su trabajo y esfuerzo.  

Estos tweets suelen ser generados por perfiles falsos que ocultan la verdadera identidad de su autor; escritos con la finalidad de dañar a otros y liberarse del veneno que les empapa.  Y es que a los pocos días de ser publicado dicho tweet se eliminó y es ahí cuando de nuevo se refleja la cobardía del mismo. 

Pero saliéndonos del mundo digital, cuántas veces hemos escuchado frases del tipo “esa tía no es nadie”, “es una calienta…”, “ se habrá tirado a su jefe” “es una puta”,  etc.

“¿Cuándo seremos libres?”

Sin embargo, cuando un hombre alcanza el éxito a nivel profesional se da por hecho que ha sido por méritos propios, sin cuestionar su vida sexual o su físico. A diferencia de las mujeres, que casi  siempre se tiende a buscar alguna razón  física o sexual para desprestigiar su valía. 

El machismo sigue estando vigente en la calle, en las redes sociales y en el día a día, quizás la independencia de la mujer ha generado aún más rabia. 

Palabras que reflejan la ira y el miedo que alimentan el machismo y que hacen que nos sigamos cuestionando: ¿Cuándo seremos libres?