Tú, sí, tú… solo tú, como alquimia, como vida. Apareces tras mi mirada en la noche, tu olor, esa esencia que mata, solo respirarte, sentir un hilo de tu calma y ahí produces una reacción en mi desorbitada aura. Podría estar mirando y deseándote hasta la madrugada. Y es ahí cuando no te tengo y mis pensamientos se llenan de anhelo, y es ahí cuando mi instinto, mis ganas, mi pasión invaden mi cuerpo con razón.
Ese poder y mis ganas de ser, ser mujer, volver a ti otra vez. Y es ahí cuando mis dedos desvanecen con pasión dibujando mi mundo interior, moldeando cada centímetro que conoces a la perfección, llegando al centro de la pasión, del fuego, del descontrol. Y es ahí que dibujo el dolor, de mi verdadero amor, pensando en ti y dejándome ir. Dolor de imaginar y no poder tocar. Suspiros gimen en mi habitación, llena de momentos de calor, Imaginándote a la perfección, suplicando ven por favor, dame placer, como lo hago yo. Suspiros que forman un auténtico show, expresión de amor, un baile de eterna pasión. Mi instinto no cesa de sentir esa inocencia, de pensarte con benevolencia, llegando al éxtasis, suspirando e invocando cuando llegas.
Y dejo de imaginar, aclamando la verdad. Mi cuerpo, mis ganas, mi poder, cesan al poderte ver, sintiendo la verdad aunque se que muy pronto volverás.
Tu presencia, tan solo tu presencia, la que suscita e impregna, la que me desvanece, la que me estremece .
Y vuelvo a la calma, impregnada de esperanza con una fuerte pasión invadiendo mi corazón.
Tú, solo tú …