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Relato erótico: Mi mente decía no, mi cuerpo decía sigue

cuerpo

Abrí esa puerta, más bien sentía que una vez más abría la puerta de mi corazón, de mi alma, de todos mis sentidos. Mi mente me decía no, mi cuerpo me decía sigue.

Esa conexión que sentí en ese preciso momento, en el que mi mirada se cruzó con la tuya, y traspasamos de nuevo este mundo terrenal, ese momento en que mi piel sin rozarte se veía atraída por tu cuerpo, y buscaba como un imán se tratase unirse de nuevo a ti.

Ven, entra, acomódate, he pedido cena , o mejor …hoy nuestra luna esta radiante, ¿me acompañas a la playa?

Risas, bailes, verdades, esa noche parecía que su forma era la de la inocencia… me miró, me colocó de espaldas a él, sentados en esa playa, admirando nuestra luna me acarició lentamente el pelo, mientras mis dedos permanecían en su cabeza, conectando en ese momento con él de una manera diferente, conectando con él  de una manera espiritual…

A los pocos minutos pasamos a la esencia, al aroma de nuestra piel, cerré los ojos, y pasando mi sentido por todo su cuerpo, lo reconocí.

No queríamos, pero deseábamos, nos negábamos pero surgió… nuestros labios de nuevo conectados, nuestro gusto de nuevo aplicado. Yo estallaba de deseo por escuchar esa primera palabra tras sentirme de nuevo, y así, como si de un deseo cumplido se tratase, susurró en mi oído…te siento mía de nuevo .

Y llegó ese momento de desenfreno, de activar nuestro sexto sentido, de demostrar esa parte animal que no pudimos controlar ni una sola vez, y llegó ese momento que volvimos a ser uno… admirando ese cuerpo perfecto, ese cuerpo creado por Dios, de sentir ese sexo creado por mil demonios… saboreando cada milímetro, cada región de su ser.

Elegancia, pasión, desenfreno, locura, sumisión… Lo miré en contadas ocasiones, me miró en muy pocas de ellas. Me revelé ante él, siendo en ese momento la parte perfecta en el momento perfecto de placer absoluto, creando en él , ese sentimiento de placer y locura inexplicable, ese sentimiento de éxtasis divino. Mirándonos los dos y traspasando de nuevo nuestras barreras, nos dijimos adiós.

L. Gallart

Fundadora de Goa Restaurant Altea. Expreso en tinta todo lo que la mirada no puede decir.

1 Comentario
  1. Elegancia, pasión, sumisión.
    Unos labios que se atraen, no se quieran separar y respiren a la par.

    Creación de Dios, baile de demonios.

    Imaginate que agotador, desear sin buscar y en libertad.

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