Y en mitad de la noche te vi bailar con ella y la pista de baile se convirtió en un circo de arena. Y aunque sonaba la música, el silencio reinaba en mi cabeza y las luces de la fiesta se convirtieron en un túnel de carretera.
Aceptando mi derrota salí por la puerta trasera, dejando mi corazón en aquella barra del bar para que también te lo bebieras.
Encontré la salida al infierno de esa noche eterna, en la que entré soñando con tus besos y te vi besándola a ella.
Empujando las papeleras vomité toda la basura que llevaba en mi cabeza.
Intentado asumir que esto es parte del juego y yo solo soy un peón, pero no tu reina.