El alma llora su vuelo perdido,
un eco sordo en la noche extendido.
No hay palabra que abrace este duelo,
ni verso que calme el frío del suelo.
La ausencia grita, profunda herida,
la sombra queda, tan dolorida.
El consuelo, lejano, no alcanza,
el dolor es el precio de la esperanza.
Y aun así, entre lágrimas y quebranto,
surge un pueblo que, firme, levanta.
Manos humildes, corazones sinceros,
tejen amor entre escombros y sueños.
Valencia, resiste, sé luz en la pena,
brilla fuerte aunque el dolor te encadena.
Por los que se fueron, por los que están,
por cada latido que nunca se irá.
Sigamos en pie, con amor y fe,
por las familias, los niños , los animales… los seres que se fueron y los que se quedan. que en cada abrazo y en cada aliento,
reside la fuerza, eterno cimiento.
Gracias a la vida, al dolor que enseña,
gracias a las almas que nunca son ajenas.
La resiliencia será nuestra bandera,
y el amor, la llama que nunca se apaga entera.
Que el amor transforme el dolor y en fuerza el corazón.
Valencia mi tierra.