Vivir es una experiencia jurásica, anacrónica, extemporánea. Es el reto impositivo de existir en un planeta irremediablemente conectado a través de pantallas donde transcurre literalmente todo, mientras que detrás de ellas, yace la realidad humana, con sus miserias a la vista, secuestrada por contraseñas, aplicaciones y códigos QR que dirigen el funcionamiento rutinario, aislado, retraído,…
Redactoras























































































































































































































































