Nunca olvides, alma herida, que en cada cicatriz vive la vida. Por cada surco que marca tu piel, entra la luz, dulce y fiel. Heridas abiertas, portales sagrados, donde el amor vence a lo quebrado. La luz irrumpe, transforma el dolor, y lo convierte en eterno fulgor. Cada caída, cada tormenta, es un camino que…
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