Comenzó la discusión familiar como todos los días, reproches, críticas, cuestionamientos, hay que dar explicaciones, pero es difícil, sobre todo cuando una ni siquiera sabe lo que siente. O quizás lo sabe, pero lo oculta para evitar problemas. Son tan duros que la represión aplasta hasta dejarte sin respirar. Me levanté de la mesa…
Redactoras