Detente un momento. Fíjate en dónde estás, en qué estás haciendo y en cuántas personas tienes a tu alrededor. Intenta ver sus ojos, ¿cuántos sueños rotos logras apreciar?, ¿cuántas alegrías escondidas?, ¿cuántos miedos infundados? Si respondes que ninguno, es normal. Pasamos toda la vida caminando hombro a hombro con tantas personas de las que sabemos…
Redactoras