Pintar con el cuerpo, con las manos, con los pies… es algo muy infantil. Muy niño. -Ya…- me digo- Puede ser. Son muchas las miradas de extrañeza. Ojos que te contemplan juzgando o preguntándose por qué haces lo que haces, si nadie lo hace. ¿Acaso no sentimos que un niño, puro en su diversión más…
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