Tú no eres el ratito que sobra un martes cualquiera, ni eres el premio de consolación, ni el gol en el descuento. Tampoco eres un trofeo, ni los prejuicios hacia tu falda, ni un nombre más en su largo listín telefónico. Tú no eres un “ya vemos”, ni un “si eso después te llamo”, ni…
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