Con los calcetines se hace muy difícil correr por el pasillo. Aprietas los dedos de los pies al suelo buscando sujeción, pero el suave y resbaladizo algodón te traiciona. Así que te vas agarrando a las paredes y al marco de la puerta hasta llegar al baño, tu lugar de destino. Te tambaleas hasta la…
Redactoras