Aún recuerdo la primera orden que le di a mi marido en aquella habitación de hospital, horas después de convertirnos en padres: “No lo pierdas de vista que quiero saber dónde lo llevan. ¡Ahora!”. Al tiempo que mi hijo nacía, también lo hacía una mujer híper vigilante que ninguno había tenido aún el displacer de…
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