¡Vamos Irán!, que no solamente arda tu velo, sino tu alma. Que ardan todos los corazones y mentes e infundan miedo, miedo al opresor, miedo al arcaico, miedo al despiadado, al soberbio y al frío. Vamos mujeres de Oriente, lejos de mi país, mi patria y mi idiosincrasia. Las entiendo, las compadezco y les aplaudo…
Redactoras