María apuró de un trago largo su cerveza y volvió a dejar el vaso con cuidado sobre la mesa.
-Esto me está afectando demasiado. Me duele mucho, y lo peor es que no puedo evitarlo.
Dijo con la mirada perdida.
-No lo evites. No tienes por qué evitarlo. Es más, ni siquiera deberías intentarlo. Siente ese dolor, llóralo y sácalo fuera. Siéntelo, acógelo y después déjalo ir. Solo así se puede avanzar.
Irse de un lugar donde querías estar duele, pero la intensidad de ese dolor cada día será menor, y de repente llegará un día en que puedas recordarlo con cariño. Mientras llega ese día, transita ese dolor a tu propio ritmo, sin aferrarte a él, pero sin negarlo. Todas las emociones llegan para enseñarnos algo. Tú decides si tomas la lección y aplicas el “todo pasa por algo”. Si lo afrontas de forma consciente o dejas que te arrase sin más.
¿Sabes qué? La perspectiva lo es todo, a veces es preciso tomar distancia para ver las cosas con claridad. Dando un paso atrás las piezas pequeñas se convierten en parte de un todo que cobra sentido.
Hemos de aceptar que la vida es solo un camino de ida, solo pasaremos una vez por este lugar. No hay segundas oportunidades para lo que no sucedió. Las cosas son como son. Como tienen que ser. No podrían haber sido de otra manera. Y aceptarlo es soltar toda la carga de los condicionales. Es aceptar que solo hay una realidad impermutable.
Lo que pasa es que nos aferramos a lo que podría haber sido, y en ese terreno solo crece el dolor.
Aunque ahora no lo veas, todo esto es necesario para tu evolución más profunda.
Yo creo que nunca nos cruzamos dos veces con la misma persona, ni siquiera en la misma persona. Tu versión de hace 5 años es distinta a la que eres hoy y a la que serás mañana. Nada es gratis. Las personas más valiosas son las que han experimentado la vida con intensidad en todas sus fases y momentos, buenos y malos.
Para crecer es preciso que te cuestiones las bases más profundas de ti misma. Las convicciones más arraigadas sobre quién eres. Solo deconstruyéndote puedes volver a reconstruirte de nuevo, más fuerte y más viva.
Solo se evoluciona abandonado ideas pasadas, incluso las que tienes sobre ti y tú forma de ver la vida. Esas ideas solo te limitan y te alientan a no esforzarte por crecer y mejorar. Es condenarte a soltar el poder sobre ti misma.
Nadie puede quitarte nada cuando tu interior está completamente cerrado, pero ¿sabes qué? tampoco pueden darte nada. Así que deja que la vida te enseñe lo que has venido a aprender y acoge esas lecciones con amor. Úsalas para crecer y convertirte en una versión nueva y más poderosa de ti misma.
María miró a su amiga con resignación y dejó escapar un suspiro mientras jugaba con un mechón de su pelo castaño.
– ¡Otra cerveza! Y le lanzó una sonrisa cómplice. Yo no sé qué me espera, pero estoy lista para lo que venga.
