“Esto es por Rocío. Por Rigoberta. Por Zahara. Por Miren. Por Bebe. Por todas nosotras. Porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez. La dignidad de nuestra fragilidad, de nuestra fortaleza. Porque somos demasiadas. Y no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar. Donde no tenga miedo a decir lo que pienso. Porque hoy es el día de la revolución.”
Tras estas palabras, la cantante Eva María Amaral del famoso grupo de rock Amaral, que tocó el sábado 12 de Agosto en el festival Sonorama Ribera de Aranda de Duero, conmemorando las bodas de plata del grupo, se quitó su corpiño de lentejuelas y cantó a pecho descubierto la canción de Revolución como un acto reivindicativo por la libertad de las mujeres.
Muchas de las reacciones ante esto fueron de aplausos, admiración, orgullo, apoyo y alegría, y así se demostró en un público formado por más de 35.000 personas así como en publicaciones y comentarios a través de las redes sociales dirigidos a la cantante. Pero también hubo otro tipo de comentarios algo diferentes como los siguientes: “No sé que necesidad hay de que las mujeres muestren los pechos en directo”, “esto de enseñar las tetas no es feminismo”, “ya no saben qué hacer para llamar la atención”, etc.
Eso sí, no he visto ningún caso que generase tanta polémica ni a ninguna persona hacerse estas mismas preguntas cuando un cantante hombre se ha quedado desnudo o semi-desnudo en alguno de sus conciertos (Justin Bieber, Pablo Albarán, Niall Horan, Ricky Martín, etc.)
Enseñar el pecho sin ningún otro tipo de activismo o el hecho de hacerlo no va a conseguir la libertad de las mujeres de un día para otro, no (pero es que esto no va así). Enseñar el pecho como un acto reivindicativo es una manera de mostrar(nos) la hipersexualización y la consificación aún existente de nuestros cuerpos, así como la censura de estos principalmente por las redes sociales. Pero no nos equivoquemos, el sistema no prohíbe siempre nuestros cuerpos. En gran parte de vídeos porno nuestro cuerpo es objeto de hipersexualización, pasivo, normativo y es tratado como objeto de placer para ellos olvidando el placer, límites y capacidad de decisión de ellas, al igual que cuando alguien fotografía el cuerpo de una mujer famosa y sube dichas imágenes a las redes sociales, ¿por qué en este caso estas imágenes aparecen hasta en las portadas de gran parte de revistas?, respuesta: porque en estos casos ellos son los “dueños” de nuestros cuerpos, tienen el poder.
Y es que la sociedad es ese el rol que quiere asumir respecto a NUESTROS cuerpos, el de decidir el cómo son, cómo se muestran, dónde se muestran y cuándo se muestran.
Si alguien consigue fotografiarte desnuda o semi-desnuda entonces te dicen que debes tener más cuidado y tu foto, lo más probable, es que viaje más rápido que cualquier otro contenido de dispositivo electrónico a dispositivo electrónico. Pero si haces topless en una playa te dicen que no es el lugar o que te tapes un poco que hay niños.
En el porno cuanto más grandes o normativos sean los pechos mejor, pero en el día a día a una madre dando el pecho a su hijo se le dice que este no es el sitio para eso o que se tape un poco.
Si algún chico ve a una alumna desnuda o semidesnuda en el baño poco tardará, probablemente, en contárselo a todos sus amigos y si puede fotografiarlo, pero si esa misma chica sale de noche con escote o con pantalones cortos ya recibe una lluvia de comentarios como “ten cuidado a ver si te pasa algo”, “eres una guarra”, “deberías ir más tapada”, etc.
¿Lo veis?, si somos nosotras quienes tienen el poder entonces ya no gusta tanto porque en realidad nuestros pechos les da igual, lo que de verdad no les gusta es que seamos las dueñas de nuestras vidas y de nuestros cuerpos. Así que, compañeras y compañeres (el feminismo lucha por todas, todos y todes, no lo olvidemos), no podemos ni debemos dar un paso atrás, nos encontramos en una sociedad cada vez más polarizada en la que tal vez se vuelvan a repetir las elecciones dando lugar a que pueda entrar la ultraderecha y el fascismo en el gobierno.
Amaral no sólo ha enseñado sus pechos, ha reivindicado la libertad de ser nosotras mismas, abrazar nuestra fortaleza y nuestra vulnerabilidad y, por supuesto, abrazar nuestros cuerpos válidos y preciosos; somos válidas y merecedoras de amor, no olvidemos esto, no demos ni un paso atrás, hagamos aún más fuertes nuestras redes de apoyo y cuidados y sigamos haciendo con nuestros cuerpos lo que nos de la gana, son nuestros y desde el amor y los cuidados podemos hacer con ellos lo que deseemos.
Somos demasiadas, y no podrán pasar.
Por encima de los años que tuvimos que callar.
Por los libros prohibidos y las entradas secretas.
Por todos los que un día se atrevieron a gritar.
No dejemos de gritar compañeras y hermanas, por todas las que estuvieron antes que nosotras y por todas las que estarán.
Como diría Rigoberta Bandini:
Paremos la ciudad
Sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix.
Os quiero.