Todos y cada uno de nosotros lidiamos con una batalla interna. Desde qué perspectiva decides tomártela, hará de tu presente un río de agua calmada o un tsunami.
No obstante todos somos humanos y tenemos procesos. La vida llena de aprendizaje y adversidad, nada es lineal. Estar vivo, sentir emociones y aceptarlas forma parte de ese aprendizaje también. Seguir conociéndote y cada vez ser más consciente de cuando estás en ti y cuando no.
La vuelta a casa cada vez es más rápida y con mucha más conciencia de la que tenías. No obstante en ese camino de tu vida, el amor que tienes a tu lado también es importante para los momentos de tsunami. No significa que demandes amor, no es necesario, si te rodeas de amor incluido el primero, el tuyo propio. Ese amor te llega en forma de abrazo, un cómo estás, o un todo va bien. Incluida tu voz propia.
¡No necesitas más para seguir! Y reír a carcajadas, es más de reírte de ti misma por ese momento de montaña rusa. Aceptarte con tus buenos y malos momentos. Ambos dos son perfectos.