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¿Conoces la práctica sexual BDSM?

BDSM

“El hombre siempre es el dominante”, este es uno de los muchos mitos que existe en torno al BDSM y que afecta negativamente al juicio sobre esta práctica que nada tiene de parecido con una práctica abusiva o destructiva, aunque a simple vista así lo pueda parecer. 

En primer lugar, y para empezar a echar abajo algunos de los mitos existentes respecto al BDSM, debemos mencionar la importancia de las siglas SSC (Seguro, sensato y consentido), si en cualquier relación sexual es importante la comunicación aquí muchísimo más ya que es muy importante la plena confianza por parte de ambas partes y estableciendo desde el comienzo una serie de normas, un código de seguridad a través del uso de una palabra para que nadie haga nada que no quiera y, por supuesto, unos límites que pueden variar o no según lo que decidan ambas partes en consenso. 

Tampoco el BDSM implica una relación de dominancia-sumisión en todas las áreas de la vida, ¡para nada! Esta relación sólo se da a lo largo de relación sexual y finalizando a la vez que esta. Esta práctica sexual, y rompiendo así con el mito que he mencionado al comienzo, no se da sólo entre pareja heterosexuales, se puede dar en cualquier tipo de parejas sexuales y repartiéndose los roles no en función del sexo, sino según las preferencias sexuales de las personas que participen. 

“Es una práctica que implica sufrimiento”, ¡NO!, volvamos a las siglas SSC, si está existiendo cualquier tipo de sufrimiento no es BDSM, como ya hemos mencionado, aquí lo último que debe haber es sufrimiento por parte de cualquiera de las partes, lo que sí existe es un mayor o menor nivel de dolor, pero no desde una visión negativa de la palabra, sino como un conjunto de sensaciones que son la vía de algunas personas para llegar al placer dentro del juego de roles que supone esta práctica que cuenta con un inicio, un desarrollo y un final, e importante, con el consenso de ambas partes en todo momento.

Hemos hablado ya de algunos mitos existentes sobre esta práctica, pasemos ahora al significado del BDSM, las prácticas sexuales que contiene son las siguientes:

B de Bondage: Consiste en la práctica de atar las extremidades de la persona con el objetivo de inmovilizarlas.

D de disciplina y dominación: la disciplina consiste en el protocolo de comportamientos y normas entre el rol dominante y sumiso que debe cumplir, y la dominación es la práctica erótica en la que una de las partes adopta el rol de dominancia sobre la otra parte, siempre y como venimos repitiendo desde el pleno y constante consentimiento de ambas partes.

S de sumisión y sadismo: la sumisión sería el rol complementario al rol anterior de dominación y el sadismo se trata del conjunto de prácticas eróticas a través de las cuales se emplea el dolor como vía para llegar al placer. 

M de masoquismo: esta última práctica y en relación a la anterior consiste a esas prácticas sexuales en las que la persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad.

Como se puede ver el BDSM abarca un amplísimo abanico de posibilidades de distinto tipo y tonalidad en las cuales cada pareja decide, antes de nada, lo que quieren y lo que no quieren ya que el objetivo final es, a través de nuevas formas que se salen de lo “tradicional”, el disfrute de ambas personas.  

Y si dicha práctica es una más de tantas otras igual de válida y respetable…

¿por qué existe tanta polémica y tabú respecto a ella?

Principalmente por dos razones, una por el desconocimiento acerca de ella y dos, porque el poco conocimiento que se tiene del BDSM se ha adquirido a través de vías como el porno o películas como 50 sombras de Grey en las cuales se muestran unas prácticas que nada tiene que ver con esto al mostrar relaciones tóxicas entre las partes o no existir un libre, constante y consensuado consentimiento de ambas, si existe cualquier tipo de sufrimiento o no existe una serie de normas, límites y el consentimiento de ambas partes no será BDSM ni tendrá nada que ver con ello.

Un último mito que también existe respecto a esta práctica y que se suele arrastrar hasta las primeras veces que decides probarla es creer que implica un elevado nivel de dolor, esto no es así ya que, como hemos dicho antes, ambas partes deciden hasta donde llegan en todo momento y si es una experiencia que se desea probar un día por la curiosidad de ambos o si se decide establecer como estilo de vida; sea un caso u otro lo más importante es la plena comunicación con la otra persona, ir probando, jugando y disfrutando y conocer nuevas formas de disfrutar del sexo desde un lado más oscuro o más divertido, según dice quien lo ha probado…

Pero antes de terminar me gustaría repetir y recalcar lo que ya he mencionado en varias partes; en esta práctica sexual como en todas debe existir siempre un consenso continuo entre ambas partes y una comunicación y confianza total, sino no tiene nada que ver con BDSM.

Laura Lis Rodríguez

Psicóloga, feminista y soñadora. La inclusividad es la base del cambio.

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