Cuatro años de carrera y ahora dos más realizando un Máster de Psicología General Sanitaria para poder ejercer en el ámbito de la clínica, hasta que por fin me encuentro a las puertas del mundo laboral, y no de formación ya que la psicología es de esos campos en los que siempre debemos seguir en formación, ¿entonces qué…?
“Tienes que convertirte en una profesional”
“Tienes que tener capacidad de gestionar muy bien tus emociones porque cada día vas a llegar a tener hasta cinco o seis pacientes” .”Ahora que eres psicóloga ya sabrás tratar muchos trastornos” “Tienes que saber ya en qué ámbito de la psicología quieres trabajar”, etc.
Estoy empezando ahora mis prácticas como psicóloga en un centro infanto-juvenil y está todo bien, de verdad, existe un buen ambiente, recibo el mismo trato que reciben otros compañeros de trabajo, llevamos a cabo los procesos de evaluación y tratamiento que están planificados para cada día y no he tenido problemas para establecer cierta alianza con los menores con los que trato, sólo ocurre algo que me está haciendo mucho ruido últimamente, no me siento para nada cómoda en el rol de psicóloga, y menos en el de una psicóloga profesional. Básicamente porque no siento que esté a la altura, y sí, lo sé, lo sé, acabo de empezar y estas sensaciones son naturales en este momento en el que me encuentro, pero se me está haciendo complicado todo esto, ¿cómo se pasa de estudiante a profesional? Supongo que es un proceso progresivo, pero ¿cuáles son los pasos?, ¿formarse? Vale, lo hago y lo voy a seguir haciendo durante muchos, muchos años, pero me siento perdida en la búsqueda del inicio de ese camino hacia la profesionalidad.
Observo a varias amigas y conocidas que se encuentran en mi misma posición o que ya están trabajando como psicólogas en diversos ámbitos y las veo realmente profesionales, no sé si es por su estilo de vestir, por su capacidad de adaptación al entorno o su actitud, pero las veo como verdaderas psicólogas capaces de hacer las cosas bien y aprendiendo a ser mejores de lo que ya son. Acabo de empezar y debo tener paciencia, lo sé, a veces quiero que las cosas salgan bien ya y si no es así me frustro demasiado; respiro, lo intento, y lo hago bien pero me sigo sintiendo una estudiante de psicología interpretando el papel de una psicóloga, pero ese el problema, que interpretar un personaje no nos convierte en el personaje y me da algo de vértigo y miedo estas sensaciones, no me preocupan los “no” que empiece a recibir en cuanto salga del Máster, he recibido muchos a lo largo del tiempo, pero me asusta no encontrar mi sitio; quiero ser psicóloga, eso lo sé con seguridad, pero no sé qué tipo de psicóloga quiero ser.
Me gustaría llegar a encontrar un lugar en el que de verdad me sienta una psicóloga que pueda generar cambios en la vida de las personas, acompañarles en sus caminos y ser el lugar donde puedan liberarse de los juicios y procesos de invalidación que hayan sufrido ahí fuera, pero ahora mismo me siento a años luz de esa idílica imagen.
“Cada persona tiene sus procesos y sus ritmos y debo respetar el mío, pero a veces vuelvo a los juicios propios negativos sobre mi persona”
Sé que todo esto es cuestión de tiempo, formación y de un mayor nivel de autoconocimiento en este momento vital en el que me encuentro, pero tenía ganas de compartir estas sensaciones y pensamientos con vosotros y fantasear imaginando que dentro de unos años leeré este texto como una psicóloga ya con algo de experiencia y segura de sí misma profesionalmente, ojalá… Cada persona tiene sus procesos y sus ritmos y debo respetar el mío, pero a veces vuelvo a los juicios propios negativos sobre mi persona; hasta hace unos años siempre he ido al ritmo que me han marcado, acabé la E.S.O a la vez que todos mis compañeros, terminé bachillerato con las personas de mi edad, empecé la carrera justo después y ahora me dicen que “mágicamente” debo convertirme en una profesional de la psicología.
Pues no, tal vez lo que necesite ahora sea parar, frenar y revisar apuntes y áreas que haya visto hasta ahora por encima y en los que quiera profundizar; tal vez un verano, tal vez unos meses o un año, pero últimamente siento que necesito coger aire y recordar que esto que siento es natural y que a veces con seguir respirando, con seguir yendo cada mañana a mis prácticas es suficiente. Gracias, de verdad, hay veces que escribo porque quiero hacerlo y otras, como en esta ocasión, porque lo necesito, así que gracias por leerme y estar siempre ahí, ojalá que algún día llegue a sentirme como psicóloga tan realizada como me siento escribiendo.
Y a todos los estudiantes y profesionales que se hayan podido sentir identificados en cualquier parte de este relato:
Lo estáis haciendo bien, es válido y natural todo lo que estamos sintiendo y ahora, en mitad del caos y de los cambios, es suficiente con seguir respirando y no dejar de intentar ser, profesional y personalmente, quienes queremos ser.
¡Un abrazo!
