fbpx

Aquí zorros y gallinas

Aquí zorros y gallinas, así son las críticas en las redes. El odio fluctúa a su antojo, la envidia es la reina de corazones y la mala educación el dogma.

Hemos normalizado ciertos comportamientos o comentarios que se generan detrás de una pantalla, cuando en el “one to one” no se permitirían y los creadores de esas infamias no se atreverían a decirlas.

Y mientras lo vamos estandarizando el odio va ganando terreno al respeto, a la comprensión y al amor.

La crispación, hoy en día, es la energía de la que un gran porcentaje de la población se nutre, respiran animadversión. La sociedad nos ha llevado a la pretensión de querer tenerlo todo, necesitar de todo materialmente hablando, es una fuente inagotable, un deseo que nunca se encuentra satisfecho y, por tanto, nuestra sed cada vez es mayor. Nos autoconvencemos de que nuestro cerebro nos lo pide, y sí, pero no. Nos lo pide porque hemos sido nosotros quienes le hemos acostumbrado a ello. Alimentando a la máquina con el placer inmediato de una compra compulsiva, de una comida poco saludable que sacia nuestras carencias o de otros muchos caprichos mundanos. Una vez entramos en “la rueda del hámster” encontrar la salida no resulta nada fácil. Para ello, lo único efectivo es parar, detenerse y observar. Observarse, añadirle alguna dosis de paciencia y sólo así, encontrar la salida.

Esa crispación de la que os hablaba es fruto de la frustración por ambicionar todo y no llegar a obtenerlo. Las supuestas vidas perfectas que advertimos en las redes germinan en envidia, entre otros sentimientos. Son un arma de destrucción masiva cuando no sabemos gestionar esas emociones. Antes de lanzar dardos envenenados hay que reflexionar, contemplar nuestra vida. Tenemos en nuestro poder una tremenda fuerza, ¿y si le diéramos la vuelta? ¿y si la utilizáramos para mejorar los aspectos de nuestra vida que no nos gustan? Pensarlo… sería el combustible perfecto.

Por ejemplo: al ver esas fotos perfectas, llenas de cuerpos increíbles en lugares idílicos, si antes de arrojar la cólera que brota en nuestro interior, posiblemente de la insatisfacción y escribir algún improperio o comentario dañino, miramos hacia dentro. Identificamos lo que sentimos, lo que nos hace estar mal, sin culpa, y lo transformamos. Convertimos esa emoción en algo beneficioso para nosotros y optamos por cambiar de hábitos, empezar a comer saludable, a realizar ejercicio, porque queremos tener un cuerpo diferente, una vida distinta a la que tenemos, veremos como todo mejorará notablemente. Si lo pensamos con coherencia ¿qué nos ha hecho esa persona que no conocemos de nada para juzgarla de esa forma? No sabemos nada de su vida, del esfuerzo o sacrificio que habrá tenido que hacer para llegar ahí.

Cuando estamos ejerciendo de zorros y gallinas, cuando ponemos nuestro foco en el exterior es porque nuestro interior no está del todo bien. Si fuéramos felices con nuestra vida, conscientes de todo lo bueno que tenemos no nos importaría la vida ajena. ¡Deja de gastar tu valioso tiempo en el otro! Céntrate en ti, mejora los aspectos de tu vida que no te gusten, empatiza con los demás, ponte en su lugar y siente lo que ellos sienten cuando alguien les insulta por las redes. Colabora a mejorar este mundo, las redes no son un sparring para que puedes aliviar tus incomodidades, detrás hay personas de carne y hueso como tú, personas que tienen familia como tú, en definitiva, seres humanos.

Sembremos entre todos el futuro que nos gustaría tener.

“La sal cicatriza todas las heridas.

Después de embalsamarme en el mar,

la sal cicatrizó mis heridas”

Las cosas de mi morena.

Cosas de mi morena

Informática y diseñadora web. Una bloguera loca por las librerías, la música y viajar.

Comentarios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Responsable de los datos: Square Green Capital
Finalidad: Gestión de comentarios
Legitimación: Tu consentimiento expreso
Destinatario: servidores de Siteground
Derechos: Tienes derecho al acceso, rectificación, supresión, limitación, portabilidad y olvido de sus datos.