Ahí viene el hambre…
colgada de los cuellos agotados
de los que abren las bolsas en la calle
y aunque el traje no sea de su talle
visten su desnudez, avergonzados.
Ahí viene el hambre…
con los puños cargados de impotencia
de quien lleva a su boca los desechos,
las cáscaras, semillas, huesos secos,
cubriéndole el vacío a la insolencia.
Ahí viene el hambre…
¿Qué estamos esperando en esta silla
para quitar la astilla con la mano,
entender que su orilla es nuestra orilla
y ver en sus miradas a un hermano