fbpx

¿A quién llamarías si estuvieses en una situación en la que crees que son los últimos minutos de tu vida? 

Hace un tiempo me hicieron esta pregunta y mi respuesta instintiva fue que no podía pensar en nadie en concreto a quien llamar para despedirme. 

Aquello podría interpretarse como una llamada de atención sobre cómo estaba manejando mi vida, ¿cómo es posible que me haya pasado la vida dando, y no tenga a nadie?

Esa pregunta retórica me acompañó (torturó) durante mucho tiempo, al principio carcomiendo y socavando mi moral. Pero al mismo tiempo, las palabras actuaron de revulsivo, ya que dieron en un punto débil que se vio expuesto.  

Con tiempo y trabajo, tras abandonar mi fiesta de autosabotaje, pude apartar el dolor, el miedo y la vergüenza. Me di cuenta entonces de que, efectivamente, a pesar de no tener a nadie “importante”, todavía me tenía a mí.

Estar sola no es lo natural. Eres parte de algo más grande que tú, el círculo infinito de dar y recibir. Estás hecha para compartir. Pero a veces, demasiadas veces, tienes tanto ruido en la cabeza que no eres capaces de escucharte: qué quiero, de qué tengo miedo, qué es lo que busco.  Es más fácil y cómodo perderte en lo que otros deciden por y para ti.

La soledad es una situación difícil, pero todavía se agrava más cuando, como hice yo, tomas la decisión de retomar el control de una vida que apenas has creído que te pertenecía.

Y una vez que te permites escuchar lo que siempre ha estado dentro de ti, llega el momento de darte espacio, de buscar las vías para profundizar, de reconocer lo heredado, de seguir la antorcha de tu intuición, de aprender a ser dueña de tu autonomía, de aportar según tu capacidad, de ponerte en tu lugar para darle el que le corresponde al otro, y, sobre todo buscar la compañía de aquellos que me acepten como soy.  

Si estuviese viviendo mi último aliento, de entre todas las personas que me acompañan, elegiría hablar con la verdadera Paula, mirarla al alma y fundirme en su brillante energía que abarca el universo al que vuelve. Me tomaría unos momentos para decirle lo tonto que se ve estar preocupada por las nimiedades del momento, sonreír ante la de aventuras -no siempre con final feliz- que hemos vivido, sentir paz y orgullo por haber querido tomar riesgos, por lo gratificante y completa que me siento al haberme aceptado a mí y a los demás tal cual somos. 

Las otras personas que están en mi corazón saben que eso es lo mismo que les diría a ellos. 

Gracias porque nada fue tal cual esperaba.

Paula Vilán Castro

Comunicadora, entusiasta, singular. Atendiendo y entendiendo la totalidad. Ecología personal. Viborganic.

Comentarios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Responsable de los datos: Square Green Capital
Finalidad: Gestión de comentarios
Legitimación: Tu consentimiento expreso
Destinatario: servidores de Siteground
Derechos: Tienes derecho al acceso, rectificación, supresión, limitación, portabilidad y olvido de sus datos.