Hace unos días, terminé de leer el libro “Avatar de estilo”. Desde el momento en que su autora, Corine Fonrouge, ha anunciado su lanzamiento he querido leerlo. En el año 2020, entre tanta pandemia, me encontraba, por primera vez en años, con algunos momentos libres dentro del caos de la rutina. Allí, conocí virtualmente a Corine, porque empecé a ver sus “lives” de Instagram e inmediatamente me cautivó su autenticidad y la manera en la que ella veía la ropa, la moda y el mundo de los colores. Todo esto, se reflejaba en su vestidor.
Al pasar las páginas, que están llenas de relatos personales de la escritora y de muchas de sus clientas, pude reconocer que todas buscaban lo mismo, recuperar su esencia, vestirse para ellas y alinearse con su versión más personal. En cada historia, se destaca la importancia de estar cómodas, con prendas que reflejen su estilo sin seguir la moda de turno, a menos que eso sea por una elección consciente. En reiteradas ocasiones, ella hace énfasis en que el estilo tiene que ver con todo lo que somos – la energía que traemos, las cosas que nos gustan hacer, el trabajo que una desempeña hoy, el contexto y así, la lista es infinita- en palabras de Corine “Sos más que un cuerpo”.
Propone volver a nuestros sentimientos más recónditos, con nuestras luces y sombras. Con los traumas, los deseos, lo inconsciente, el legado social y los mandatos familiares heredados. El vestir, es un proceso que requiere autoconocimiento, entrega y nos invita a salir de la famosa “Zona de confort”. Más que nada, porque a través de los años, nos hemos vestido para gustar a otras/otros, para encajar en ciertos lugares, trabajos y mostrar cierto recaudo. ¿Qué pasa con lo que nos gusta a nosotras? ¿Nos vestimos con las prendas que nos empoderan, o nos vestimos para pasar desapercibidas? “Sostener un estilo que no nos pertenece nos baja la autoestima”, escribe en su libro.
En uno de los capítulos, destaca a este último concepto, como el arquetipo invisible. Nos vestimos para desaparecer, buscamos prendas que nos permitan mantenernos en un camuflaje ideal. Dentro de los arquetipos que menciona y detalla minuciosamente, hay muchos, algunos de ellos: romántico, minimalista, boho, clásico, ecléctico, sexy, etcétera. Podemos pasar por algunos o todos esos estilos, incluso crear nuestros outfits con más de un arquetipo. Al final, así como nuestras experiencias cambian, nuestro guardarropa debería hacerlo también. Esto forma parte de nuestra propia evolución. Cambiamos y hay cosas que ya no resuenan en nuestra nueva vida y algunas prendas ya no tienen sentido con los objetivos de imagen de tu “yo actual”. Para ello, tu ropa merece que la reemplaces por aquellas prendas que están en sintonía con esta nueva etapa. Esto te permitirá vivir en coherencia contigo.
Más allá del estilo personal y de lo que elegimos vestir en el día a día, Corine, destaca la importancia de apoyarnos en el poder del color para transmitir algo en concreto en un momento determinado. Ya sea porque tienes que demostrar fuerza y convicción en una reunión importante o mostrarte cálida e inspiradora en una conferencia de desarrollo personal. “Cuando nos vestimos, decimos”.
Así, como nuestros relatos y gestos tienen un papel protagónico, las prendas que utilizamos, las texturas y los colores, también pueden colaborar y enaltecer nuestras acciones. Muchas veces nos vestimos según nuestro estado de ánimo, quizá puedas empezar por un accesorio que te apetezca utilizar y así ir componiendo un look que esté alineado contigo en ese preciso instante. En palabras de la autora, “Las prendas tienen su propio discurso”.
La moda, desde esta perspectiva, deja de ser una banalidad para entrar en un terreno de autopercepción y de relación con quiénes somos ahora. Entendiendo al acto de vestir como un ritual, un momento para conectar con nosotras en profundidad, darnos el tiempo para poder hacer un detox de aquella ropa que usamos porque está ahí, porque una amiga ya no la usaba y pensaba que era para ti, pero ya no lo es. Lo más importante es que te sientas representada con tu closet, porque al final es una acción que hacemos en nuestra rutina diaria, muchas veces, en automático. Entonces es necesario repensar aquello que nos identifica en el camino del autodescubrimiento porque conectar con una misma es urgente.
¿Tu guardarropa representa quién eres hoy?
Como dice la autora en su libro:
“Integrar para vestir desde uno mismo, todo lo que somos”.