La vida a veces te sube a un estado de total vulnerabilidad, bien sea por estrés acumulado, problema económicos, muerte de algún familiar querido, enfermedad… son mil y una cosa que podrían arruinarte la vida en menos de segundos.
Digo arruinar, porque la sensación de la llegada de una ataque de pánico es tormentosa, solo quien la vive lo sabe y quien lo sabe, como siempre digo, a sobrevivido para contarlo.
¿Por qué? Te preguntarás. Bien, un ataque de pánico que viene súbitamente sin razón aparente, llega con una gran dosis de Miedo, irrealidad, síntomas corporales (taquicardias, sudoración, sensación de desmayo, flojera, el cuerpo no te responde, etc) todo junto y al mismo tiempo. ¿Cómo no asustarte ante ello? Hasta la persona mas fuerte del mundo lo haría, créeme. Al llegar estos síntomas, te sientes totalmente indefens@ y el “run run” de los pensamientos, van más allá del mundo real:
“¿Me voy a morir?, ¡sí!, me voy a morir y nadie podrá ayudarme. Esto es inminente. Me voy a volver loc@, Ayuda, necesito ir al médico, no puedo respirar, me duele el corazón , el brazo , la espalda, no puedo moverme, no tengo fuerzas y aún no se me pasa, por Dios me estoy muriendo, ¿No lo ven?.
Normalmente pisas varios consultorios médicos y nada, las pruebas salen bien , ¿entonces? , ¡esto es peor de lo que pensaba!
Es aquí, cuando la trampa mental se hace con nosotr@s, y comienza el verdadero calvario, el sin vivir , la oscuridad y todo lo que tenga que ver con ella . Porque son tan reales estos síntomas físicos y mentales que marcan un antes y un después en tu vida. Es como si estando tranquilamente en tu casa, de repente cayese una bomba destruyendo a su paso tu día a día , tu seguridad y tu persona como tal .
Comienzas a no hacer lo que antes te causaba emoción y felicidad , porque ahora te da miedo que esto vuelva aparecer, tu vida se condiciona y no ves clara la salida.
Acudes a medicación y a terapia y es ahí cuando comienza a salir el sol de nuevo. Tarda, cuesta , pero un día vuelves a ver un rayito de sol y alguna risa intensa vuelve a brotar de tu rostro , dejando atrás aquel suceso.
Después de muchos años y muchos daños, he descubierto que nuestro principal desencadenante de este pánico absurdo, son nuestros pensamientos. ¿Cómo te tratas cuando estás en época de estrés? ¿Cuánto haces por los demás sin querer hacerlo? ¿Qué piensas si algo te sale mal? ¿Qué piensas si alguien de tu entorno tiene una enfermedad terminal? ¿Qué piensas de la muerte? , ¿le temes?.
Despertarse con una meditación guiada es lo mejor que te va a poder pasar, seguir tu vida , sin tener miedo a próximos acontecimientos es difícil, pero no imposible.
Recuérdate por si lo olvidas, que probablemente te pueda pasar de nuevo y que no pasa nada. Tu cuerpo está bien, no tienes una enfermedad incurable ni tan siquiera te va a dar un infarto fulminante. Ya te ha pasado hasta el punto de no poder ni moverte y sigues aquí , viviendo.
Con esto no quiero decirte que eres débil mentalmente, eres enormemente , grande y quizás tú misión en esta vida sea ayudar a personas que estén pasando lo mismo que tú.
Así que, dicho esto, date tiempo, priorízate, ahora mismo lo importante son tus pensamientos y tú. Cuídate, ve a terapia. Recuerda que todo pasa y esto también lo hará.