No hay pescado ni pan sobre la mesa que indique que ha logrado la proeza de cobrar el salario gris del día. Tan ansiado, esperado y merecido… tan buscado, ganado y prometido. Esa familia almorzará poesía. Del trato quedan, la espina, la corteza y la palabra ilesa como guía… *Por un mundo con menos desigualdades…
Redactoras























































































































































































































































