Hoy viniste como otras veces, entrando de golpe y sin avisar. Sería de buena educación que llamases a la puerta para variar y así no me pillarías desprevenida. Ya nos conocemos de sobra, pero cada vez que apareces todavía duele. Aún recuerdo la primera vez que llegaste, nunca me habían hablado de ti y lo…
Redactoras























































































































































































































































