Acabo de terminar Ariadna, de Jennifer Saint, y aún estoy digiriendo muchas cosas. Agradezco profundamente que más autoras se estén atreviendo a reescribir los mitos clásicos desde una perspectiva femenina, dándonos la oportunidad de escuchar voces que históricamente han sido silenciadas y que siguen resonando hoy. Es curioso —y frustrante— como tantas historias de “héroes”…
Redactoras