Dicen que cuando los humanos padecían daltonismo y sus cerebros no distinguían más que el negro, el blanco y el rojo, hubo una mujer con la mirada azul. Y hubo un hombre perdidamente enamorado que no encontró la palabra exacta para describir ese misterio. ¡Amo tus ojos bronce -decía- del color del vino! Y…
Redactoras























































































































































































































































