Entre mi mano gastada y el vientre sagrado de mi hija, existe un hilo interminable de amor. Un latido ancestral cobra vida para renacer nuevamente y agregar esa alegría que viví hace varios años al recibir a mis nietas. Vuelve el suave aleteo a colmar de lágrimas de emoción mi vida. En viaje de nueve…
Redactoras