Huyes de la abeja, pero no te detienes En la horrorosa inmensidad de la flor Que le atrae, destinada a perder en el labor Su fuerza y sucumbir en sus pistilos delicados. Tienes pánico del tigre Que se pasea furioso de lado a lado, Pero no ves la robustez del hierro que le ciñe. Le…
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