Todo va a estar bien porque yo también estoy en ese punto de sentir que todo se me escapa, que todo se evapora y ni siquiera me sale la voz, ni siquiera me atrevo a pulsar la alarma de incendios porque no veo el fuego, pero aquí dentro lo siento y arde con rabia porque todo parece igual, pero nada es igual y los niveles de incertidumbre y miedo son tan altos que pocos son los que se atreven a dar la voz de alarma.
Con mascarillas y con distancias, pero sigues saliendo por aquí o por allá, tus personas cercanas te actualizan las últimas novedades que se han dado en sus vidas y a veces te ríes y compartes el sonido de tus carcajadas con muchas personas, pero hay un vacío constante que hace que la situación contenga cierto grado de tristeza que ojalá se esfume pronto.
De fondo están las noticias, aumentan los rebrotes, los positivos y te dicen que las posibles vacunas tal vez funcionen o tal vez hagan lo contrario; cansada, cansada de esta mierda y de echarte de menos a ti misma y al conjunto de peculiaridades que nunca creíste que te hacían tanto bien.
“Sentir ya no sólo que no has mejorado o superado aquello que deberías, sino que encima has empeorado”
Y andas, y corres, buscando la salida de emergencia sin ser consciente de que cuanto más rápido te muevas más perdida estás, como si de un laberinto en unas arenas movedizas se tratase.
“Un día sin sonreír es un día perdido”; “no pierdas tu tiempo estando triste”; “estas perdiendo el momento”; etc.
Me cago en todas las frases Mr. Wonderful que creen que los días y etapas jodidas son una pérdida de tiempo en tu vida y que cuanto antes salgas de ahí mejor.
Escúchame, no pasa nada, te prometo que todo va a ir bien; y sé que este año estás diciéndote esa frase en infinidad de momentos con la esperanza y las ganas de que así sea, pero va a ir bien porque sé que cada mañana sigues esforzándote para que así sea.
Y sé que a veces es muy fácil creer que todo está mal, que no has conseguido nada por no haber llegado a los objetivos que tenías o pensar que estás perdiendo tu tiempo y a ti misma por no hacer nada productivo o por ni siquiera saber qué quieres o qué es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre.
Solemos caer con frecuencia en la falsa creencia de olvidar la tonalidad de grises existentes entre el negro y el blanco, así que déjame decirte que este año (más que cualquier otro) lo más importante eres tú y tu salud (física y mental). Así que el simple y pequeño hecho de frenar, de observar y observarte para averiguar qué necesitas en cada momento, colocar tus límites y respetarlos, identificar en qué aspectos debes seguir trabajando, salir ahí fuera aunque no te apetezca, intentar mejorar tus habilidades sociales pese a sentir que sólo van a peor y atreverte a decir en voz alta a veces: “No estoy bien”. Son pasos imprescindibles para que dentro de unas semanas o meses mires esta etapa de tu vida y pienses: “No fue nada fácil, pero conseguí avanzar y ahora soy alguien más fuerte al haber pasado por ahí”.
“Vuelves porque algo dentro de ti te dice que todo va a ir bien aunque ahora mismo no lo esté”
Te prometo que antes o después ese momento va a llegar, te prometo que vas a volver a ilusionarte como hacías antes, que vas a volver a coger confianza en tus personas especiales y en ti misma sobre todo. Lo vas a conseguir, no olvides por favor que es una mala etapa, no una mala vida y vas, vamos a conseguir superarla porque con mayor o menor cantidad de esfuerzo te sigues levantando una vez más, pegas tu grito de guerra demostrando que eres más grande y más fuerte que toda esta situación y que ese conjunto de demonios y miedos, y vuelves a pie de cañón. Vuelves porque algo dentro de ti te dice que todo va a ir bien aunque ahora mismo no lo esté; haz caso a esa voz, pues es la misma que hace meses te hacia reír sola por la calle pensando en cualquier tontería.
P.D: Todo va ir bien, te lo prometo.
